Me llamó la imagen de "CREANDO HISTORIAS" de #Colombia-Original, traído por @franyeligonzalez, porque la edición de la fotografía la lleva al territorio de las imágenes oníricas, así que sin mucho más decir voy con la historia que me contó la imagen.

Llovía a mares y suspendieron la competencia de natación para la que tan fuertemente había entrenado. Hasta una pelea con Lisa me ocasionó mi exclusiva dedicación al entrenamiento. Me acosté con la adrenalina a millón y no podía conciliar el sueño. Llamé a Lisa, pero después de un frío saludo, me colgó el teléfono.

Pensándolo bien, tenía razones para estar enojada. Ni siquiera le concedí el deseo de acompañarme a almorzar, después del último entrenamiento. Quise descansar y relajarme, para concentrarme sólo en la competencia. Fui egoísta, ella tenía razón.

Finalmente, me acosté. El diferido era dentro de dos días, en piscina techada, para evitar la intromisión de la lluvia. Dos días más de angustia. ¡Y sin poder meterme en la piscina! La lluvia parecía incontenible. Mi sueño me llevó a una improvisada y larga piscina que la lluvia había creado en parte de la carretera y campo traviesa. Las brazadas se llevaban algo de hierba, que a modo de algas se enredaban en mis brazos, haciéndome más lento. Sentía que el corazón me iba a estallar y ¡me desperté antes de llegar a la meta!

El despertar fue angustioso. Estaba completamente mojado como si hubiese estado bajo la lluvia o nadando. ¡Como sudé! ¡Así de fuerte fue el estrés durante el sueño! Me fui al baño, necesitaba una ducha y ahí, sucedió algo que no pude ni puedo explicarme: Tenía briznas de hierba en todo el cuerpo y en el boxer que utilicé para dormir.