En esta oportunidad me encuentro participando en el concurso promovido por ésta grandiosa comunidad #Colombia-Original, donde debemos escribir una historia basándonos en nuestro refrán preferido.

Jesús era un excelente mecánico en su ciudad, había estudiado T.S.U en mecánica automotriz obteniendo excelentes calificaciones, y había realizado muchos cursos de especialización en autos modernos, por lo que no se le hizo difícil conseguir un buen empleo, comenzó a trabajar en una ensambladora de autos, allí fué adquiriendo experiencia, y a su vez tenía muy buenos ingresos. Jesús empezó a ahorrar y a los pocos meses se compró su primer carro. Un Fiat modelo 147 Tucán color rojo.

El carro era de segunda mano y estaba bastante viejito, por lo qué Jesús le fué haciendo bastantes mejoras, le colocó aire acondicionado, entre otras muchas cosas, realmente lo tenía muy bonito, estaba muy entusiasmado con su carrito. Al cabo de un tiempo Jesús tomó la decisión de independizarse, abriendo su propio taller de mecánica automotriz, le llovieron los clientes, no había falla que él no pudiera diagnosticar y resolver, había que tomar cita con bastante anticipación para poder llevar el carro al taller.

Jesús estaba trabajando mucho, aún conservaba su viejo Fiat, un poco descuidado, con la pintura un algo descolorida, además que hace un par de semanas se le había dañado el aire acondicionado.

Su esposa estaba planificando un viaje a la playa, cuando tenía todo listo, le dijo a Jesús que irían a la playa, Jesús le dijo qué no podían ir pues el carro tenía una falla en el motor, tenía el aire acondicionado malo además que tenía días usando el caucho de repuesto pues se le había espichado un caucho y no había tenido tiempo de llevarlo a reparar por lo que el carro no estaba apto para viajar, su esposa bastante molesta le dijo: Jesús, tu siendo uno de los mejores mecánicos de la ciudad, le reparas cualquier clase de falla a los carros de los clientes, ¿Y me dices que tu carro no está apto para viajar por problemas mecánicos? Definitivamente.. EN CASA DE HERRERO, ¡CUCHILLO DE PALO!