Story of A Human Dog//Historia de un perro humano//ENG:ESPN

Me reí al escucharle y pensé que diría que una chica había jugado con sus sentimientos y le había puesto triste. Me reí porque esto me había pasado demasiadas veces, pero nunca me había sentido triste por esto.

Aquel día le pregunté a este amigo mío: "¿Dime cuál es tu pena, que estás tan alterado? Si me lo dices, tal vez pueda ayudarte. Después de todo, yo también he tenido problemas, así que puedo entender tu dolor".

Mi amigo permaneció en silencio durante mucho tiempo. El tono de su voz me decía que probablemente iba a decir algo inimaginable, que me haría sentir sorprendido.

Leí su expresión y le dije: "Me he enfrentado a muchas penas en mi vida. Así que no tienes que asustarte de que vaya a entrar en un coma emocional después de escuchar tu historia. Sólo tienes que contarme tu historia. Yo te ayudaré".

Cuando pronunció la primera frase de la historia, me reí a carcajadas. Dijo: "Hubo una chica en mi vida". Antes de que siguiera con su historia, lo detuve y le dije: "Si es la típica historia de amor en la que te enamoraste de una chica y ella te dejó, por eso tienes tantos problemas. Entonces no tengo ninguna simpatía por ti".

Mi amigo se puso un poco más serio y dijo: "Primero, escucha mi historia antes de hablar". Me quedé mirándole con incredulidad, pero le dije: "Continúa". Empezó a decir: "Había una chica. Yo la amaba, y ella también me amaba. Tanto que nadie puede creerlo. Después de un tiempo, un día, ella dijo de repente: "No puedo vivir contigo. No quiero vivir contigo. Me dejas. "Vete".

Ella quería romper conmigo. Yo no quería dejarla ir. Le dije: "Puedo hacer cualquier cosa por ti"

"¿Cualquier cosa?" Ella se rió: "Todos los enamorados del mundo dicen que puedo hacer cualquier cosa. Pero sé que no podrás hacer nada por mí". Lo dijo con inocencia y dolor en su voz.

Le dije que "puedo hacer cualquier cosa".

"¿Puedes ser un perro para mí?" Me dijo.

"Sí, si es posible, entonces definitivamente puedo hacerlo". Tan pronto como dije esto, me convertí en un perro. Empecé a ladrar. Antes de que pudiera seguir ladrando, me llevó al patio trasero de su casa, me encerró en la caseta del perro y me tiró un hueso. Sentí que tal vez ahora me quería aún más, por lo que no quería verme sufrir de hambre.

Estuve de acuerdo porque pensé que era algo como un cuento de hadas lo que me estaba pasando. Tal vez estaba haciendo algunas pruebas antes de cambiar su decisión de vivir conmigo. Pronto volveré a mi antigua forma y ella me querrá más. Considerando esto, empecé a caminar por el patio trasero. No había ningún otro perro en este patio trasero excepto yo. No había ningún otro ser vivo. Empecé a caminar solo en su patio trasero.

Despues de un tiempo, cuando me sentia mas hambriento, vi que ella habia dado algunos articulos de comida y habia tirado una pelota en el patio trasero. Me acerqué a la comida y me la terminé inmediatamente. Luego me puse a jugar con la pelota. Pero de repente me puso una correa alrededor del cuello. Se me atragantó la garganta. Sentí que intentaba sacarme del patio trasero.

No entendería muchas cosas si no fuera un humano antes de convertirse en perro, pero era un humano antes de convertirse en perro. Así que entendí que quería mostrarme a sus amigos llevándome delante de ellos y decirles: "Mirad, tengo un perro de buena raza".

Ese día, ella estaba allí en el patio trasero con un chico. Los dos se reían. Pensé que tal vez ahora jugarían a la pelota conmigo.

Me gusta jugar, pero no pensé que ella traería a sus amigos y jugaría conmigo como un perro. Su amiga también tenía un perro. El verdadero perro que se molestó al verme. Ese perro probablemente sabía que yo era un hombre convertido en perro. Su sonrisa se burlaba de mí.

Me quitó la correa del cuello. Durante un largo rato, jugamos juntos, luego ella volvió a ponerla alrededor de mi cuello. Por primera vez en mi vida, me enfrenté a tal tortura. Pensé que de repente terminaría como un sueño y que al día siguiente me despertaría en la cama de mi casa, pero no fue así. Sucedía todos los días; ella venía con un chico diferente y sus perros, y jugaban conmigo.

No recuerdo exactamente, pero ocurrió durante un año. Entonces, un día, cuando salí del patio trasero, estaba en forma humana. Probablemente la niña había jugado bastante conmigo y con mis sentimientos. Pero incluso ahora, a veces siento un dolor muy fuerte en el cuello. Mis dedos siempre van a mi cuello.

No digo que esta tortura sea sólo física, sino más bien de tipo mental. Por eso, cada vez que oigo a un chico decir a una chica que haré cualquier cosa por ti, me aterrorizo. Sabía que también iba a ser un perro como yo.

Traducción realizada con la versión gratuita del traductor www.DeepL.com/Translator