Un último recuerso, por @buff4aurelionsol

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Ya casi no sentía las heridas. El humo se le filtraba en los pulmones y le hacía arder los ojos, el infierno desatado a su alrededor prometía llevarlo a su fin, pero no había un inicio sin un final, y no había final sin un inicio. Cuando uno vivía, en algún momento la muerte llegaría.

Estaba confuso. Notó que tenía su espada en mano, totalmente teñida de rojo, notaba la violencia de sus actos regados en la habitación. Olía ya a carne quemada. Recordaba vagamente el desarrollo de las cosas: había venido en rescate de sus hijos ya que no había logrado salvar a su madre. Sí, ahora recordaba haber vuelto a casa, subiendo la colina hasta la granja donde estaban sus hijos y los había encontrado, temerosos. Les contó lo que pasó y había dicho lo que debían hacer. Debían ser fuertes… Debían morir bajo la piadosa mano de su padre, si no lo harían bajo las torturas de sus enemigos. Aquella expresión aterrada en sus hijos mientras morían era lo peor que podía experimentar un padre.

Había salido dejándose llevar por la rabia. Notó las luces de dos decenas de antorchas bajo un cielo con nubes negras, aquellas nubes contrastaban con la tormenta que era él en ese momento. Las flechas silbaban cuando salían disparadas de su arco. Varias antorchas cayeron. Y comenzó a lloverle flechas en respuestas. Entró a la casa para tener cobertura. Ojalá sus hijos pudieran perdonarle por lo que había hecho. Pero de otra forma habrían sido torturados hasta la muerte por el color de sus ojos. El rojo se había convertido en una sentencia de muerte. Había sido la sentencia de muerte de sus hijos, así que él haría brotar un mar rojo de los cuerpos de sus enemigos.

Cuando se quedó sin flechas tuvo que verse encarado aquellos hombres. Invadieron y mancillaron su hogar. Desenvainó su espada y atacó. Dio muerte a varios hombres pasando de una postura a otra dejándoles sentir la tormenta que era él. Trato de jugar con su entorno, pero las heridas que ellos le proporcionaban lo habían reducido. Solo en los cuentos un solo hombre habría salido victorioso contra tantos. Notó como aquellos lunáticos veían enojados los cadáveres de sus hijos.
—Nos has quitado la oportunidad de aprender más de las capacidades mágicas de los Ojos Rojos. Has atacado a los nuestros. Haz de arder.

—Que así sea —había contestado él cuando las antorchas de los hombres se habían soltado en la madera y se habían ido a sabiendas que no podría irse por sus heridas.
Así había pasado. Ya no sentía dolor. Miró como las llamas lamían los cadáveres de los lunáticos, y de los cuerpos que había hecho creer que eran sus hijos. Sí, había tenido que hacer que sus hijos murieran ante sus enemigos para mantenerlos con vida. A veces había que morir para vivir. Su muerte había llegado, pero sus hijos habían escapado. Sonrió mientras caía al suelo y las llamas lo tragaban.

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Espero que sea de su gusto. Quiero invitar a @escipergo y @nestowo a participar en este concurso tan divertido.