De lo Analógico a lo Digital

Recientemente un amigo del liceo…con el cual mantengo comunicación diaria gracias a los avances tecnológicos digitalizados, nos envió una especie de “reel” que nos contaba como la generación fuerte iba desapareciendo refiriéndose a nosotros que tenemos 60 o cerca de ellos. No considero que seamos la “fuerte” cada época ha tenido que afrontar dificultades sociales…la diferencia estriba radicalmente en la familia…Los suicidios juveniles siempre han existido, obviamente con menos población también eran menos en porcentaje, el acoso escolar es de toda la vida, las depresiones también…solo que ahora hay la capacidad que llegue a hacerse pública, a mediatizarla, esas alteraciones de la convivencia en respeto y en paz se perdió cuando la familia dejó por razones económicas u otras de ser el centro donde recibías afecto, acompañamiento y aceptación.

He tenido el “privilegio” de escuchar música en un acetato de 45RPM (con solo dos canciones) el cual me costaba 5Bs tardaba una semana en reunirlos, me iba como premio todos los viernes a comprar uno, a pasar a tener una lista en un Pen drive o Spotify ( número infinito) …eso es una experiencia mágica. El núcleo familiar se dejó asaltar por la tecnología, no sé con exactitud en el momento que esto ocurrió. Se renunció a mirarse a los ojos, ver la televisión juntos, comer todos en la mesa, conversar y darle espacios a los hijos para aclarar dudas sin escandalizarnos y no tuviesen que recurrir a Google, que es muy bueno pero que no puede sustituir las respuestas que solo puede dar el amor filial, o la identidad que da sentir que eres miembro de una familia.

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En la época que saltaron del Fonógrafo de cuerda al Tocadiscos eléctrico (en un tiempo muy lejano) por citar un ejemplo, también hubo transformaciones pero no se perdía la esencia del afecto y de la educación que le pertenecía a los padres. Somos los progenitores de cualquier generación los garantes de reconocer lo valioso (que no tiene que ver con lo material) no es malo darle a un niño una Tablet, lo inapropiado es no tener el cuidado necesario en su uso, no llevarlo a un parque, no mostrarle un atardecer, no abrazarlo o conversar con él porque está entretenido en el aparato digital…he allí la diferencia.

Tengo un hijo de 24 años de manera que necesito estar actualizada e informada. Obviamente las transformaciones han ocurrido más vertiginosas y si ya no escribo a máquina, ya no hago cartas a mano, no compro los LP ni los casetes, no tengo que esperar el estreno de una película en el cine...Me niego rotundamente a dejar de ver lo valioso: caminar descalzos por un parque, mirar las estrellas una noche, comerme el algodón de azúcar “digitalizado” pero abrazando a los míos, mirándonos a los ojos, siendo atenta a sus gestos, respetando el espacio, el tiempo de calidad y a la vez estar consciente que esto lo leerán muchas personas que quizás nunca vea en mi vida (gracias a la digitalización)…de eso se trata de no perder la palabra mágica…EQUILIBRIO.