Momentos Trascendentales / 3 mini anécdotas
He tenido unos cuantos momentos trascendentales, que desde mi punto de vista los defino como "momentos relevadores y con miras al crecimiento personal".
Cómo siempre, hago mi participación simbólica, con el interés de apoyar a mis compañeros en sus dinámicas y cruzar los dedos para un anhelado y esperado voto mayor.
Amén!
Gif hecho en Canva
En esta ocasión redactaré a modo de 3 mini anécdotas de vida que fueron transcendentales para mi, de cada una aprendí algo y estoy agradecida con Dios y con la vida de haberlas transitado.
Genarito vio una tigra
Mis amigos y panas de ben estar cansados de escuchar el cuento que desde que soy niña hasta que me fui de mi casa a los 26 años fui muy sobreprotegida y controlada.
¡Si!, sé que ya lo he dicho antes.
Lo cierto es que crecí con la visión de mis padres que era una niña enfermiza:
No te rías mucho que te puede dar la fatiga
No te mojes en la lluvia que te puede dar el asma
No corras que te puedes caer
No, no, no, no y millones de "no hagas esto o no hagas lo otro"
Pero un día me encontraba yo nadando en la mar de Puerto Santo, brincando de bote en bote, saliendo de la playa, corriendo por la arena y volviéndome a lanzar al agua, me sentía libre y nada vigilada por mis papás que les encantaba ver como estaban mis dedos, porque júrenlo que si la yema de los dedos estaba arrugada y los labios los tenía morados pues pa´fuera iba y no me dejaban bañar más.
Lo cierto es que mientras estaba disfrutando con mis compinches morreros escucho la voz de mi tío Genarito (el tío rico que todos soñamos tener porque invita a toda la familia a su casa de playa, y en los diciembre tenía una bolsa de regalos para todos(as) sus sobrinos(as) y él me llamaba desde la terraza de la casa de playa para que fuera a saludar a mis papás que habían llegado.
Le pedí la bendición a mis papás con una mezcla de alegría y tristeza a la vez porque ya empezaría la controladera implacable y en eso escucho las palabras más reveladoras que alguien habría dicho sobre mi:
Pedro?, Iraima ? (los nombres de mis papás), Sandrita parece una tigra nadando.
En ese momento me di cuenta que la imagen de niña enfermiza que siempre me habían dado se rompió en millones de pedazos.
Mi tío dijo una gran verdad que yo misma no veía y es que cuando bajé las escaleras de la casa de playa y me reincorporé a la arena me di cuenta que realmente nunca me había enfermado: nunca sufrí de paperas, lechinas, rubiola, sarampión, nunca me había fracturado un hueso, no sabía que era un dolor de oídos o de muela, nunca me habían agarrado puntos, nunca había estado hospitalizada por ninguna razón, etc etc etc.
¿Cómo no lo vi antes?
Gracias tío Genaro por ver la tigra que siempre fui.
La vida te da familia
La segunda anécdota pasó muchos años después, vivía yo en la ciudad de Puerto Ordaz quien me recibió para empezar mi vida de recién casada. Yo dejé dos buenos trabajos atrás y sólo me quedaban 8 horitas de un tiempo convencional en una universidad y eso gracias a mi jefe anterior que me quería muchísimo y que habló con el director de la universidad de Puerto Ordaz para que me recibiera.
Yo tenía tanto tiempo libre después de esas 8 horas convencionales, que me quedaba en la universidad tiempo completo, no me gustaba llegar al apartamento donde vivíamos y encontrarme sola, así que esperaba que se diera la hora de salida de Juan Carlos y me iba hasta Altavista para regresarnos juntos a casa.
En una oportunidad, estaba ayudando a la secretaria a archivar unas cosas, la señora Ydarmis, una negra con un cuerpo hermoso, que escribía en la computadora como si cada dedo tuviera ojos, nunca miraba el teclado, siempre miraba a la pantalla, era de esas secretarias de la vieja escuela que aprendió a mecanografiar como las buenas, ella era ex-sidorista y en medio de la conversa me pregunta:
¿Mi santa?, ¿De dónde eres tú?
Yo le contesté que de oriente, del estado Sucre y en eso su curiosidad dio para hacer par de preguntas más antes de darme otra frase transcendental para mi vida:
¿Y Tu tienes familia aquí?, ¿o estás solita?
Recuerdo que le dije que sólo éramos mi esposo y yo y que no teníamos a nadie, estábamos conociendo la ciudad y sólo éramos él y yo.
En eso ella me dijo:
¡Bueno!, si tú no tienes a nadie aquí, ahora yo seré tu familia.
¿Adivinen a quien fue la 1era persona que un año después le dije que estaba embarazada?
¡Pues si!, a la señora Ydarmis y dicho por ella: "nunca se imaginó tener nietos tan blanquitos"
"Gracias señora Ydarmis por ser mi familia en Puerto Ordaz"
El mundo cambia cuando ves con otros ojos
Cuando vives en otro sitio distinto al sitio donde te criaste es inevitable hacer comparaciones, en mi ciudad natal todos parecen conocerse, todos conversamos, todos bromeamos, todos formamos parte de la familia que viene de Antonio José de Sucre, es la conclusión a la que he lleegado para tener tanta familiaridad compartida.
Pero vivir en una ciudad grande es sentirse huerfanito de similitudes, carente de afectos, y se empieza en una búsqueda de conseguir alguna cara conocida, y eso me pasaba en Puerto Ordaz.
Recuerdo haberle dicho a mi recién esposo: aquí la gente es fría, nadie te ve a la cara, cada quien anda en lo suyo.
No me había dado cuenta que mis comentarios eran reflejo de un apego que me negaba a soltar, hasta que llegó un momento en que me di cuenta que tenía una nueva vida y era para formar parte de ella, ya no podía estar quejándome de los que me hacían falta y no hallaba en aquella ciudad con muchos verdes y extensiones de terreno.
¿Y a que no saben?, en ese justo momento mi vida cambió. Pasé a ser "una oriental perdida en Puerto Ordaz" jajajajajaja y la gente empezó a mirarme y a sonreír conmigo cuando notaban que yo no era de esa ciudad.
Les puedo decir que fueron mis mejores años, no hubo un sólo estudiante que no quedara impregnado de mi esencia, porque en cualquier lugar donde estuviera, por mi lejano que fuera, allí estaba yo, siendo yo.
"Gracias vida por enseñarme que siempre hay que ser yo"
Gracias!
Es impresionante la historia de la niña tigra, y marca claramente la trascendencia de escuchar las palabras indicadas para sentar las bases de una mayor confianza en la época de niñez. Y, de como pueden joder, sin querer, los padres.
Y es verdad, mientras uno tenga buena disposición, termina por encontrar familias en muchos lados, sin necesidad de tener la misma sangre. Y bueno, salir de nuestros espacios es algo que hay que hacer, nos pone a prueba de muchas maneras, nos abre la visión a otras cosas, a otras personas, y sobre todo, a nosotros mismos. Muchas gracias por participar. Saludos.