¿Por qué nos cuesta aceptar nuestros errores?

Buenos días a toda la comunidad de @writingnreviews, espero todos estén bien. Hoy les traigo un post sobre los errores y porque nos cuesta admitirlos. Espero les guste.

Imagen creada en Canva

¿Por qué nos cuesta tanto reconocer que nos equivocamos? ¿Será que está mal cometer errores? Cuántas veces nos ha pasado esto, que cuando nos equivocamos no queremos reconocerlo. En ocasiones nos parece fácil evitar esto.

Muchas veces para evitar asumir nuestro error, buscamos culpar a otros o tratamos de justificarnos. Asumir nuestros fallos lo podemos ver como una debilidad en vez de una fortaleza. Pero a pesar de que es difícil aceptar nuestros fallos es el camino más sano y que te ayudara a mejorar como persona.

Cuando no queremos admitir que nos equivocamos, nos negamos y en ese caso no aceptaríamos ninguna crítica constructiva, las cuales nos podrían ayudar a mejorar en varios aspectos de nuestra vida.

Asumir un error no te hace débil, te ayudará a estar bien contigo mismo y con las personas cercanas a ti y, a crecer como persona.

En la vida siempre vamos a cometer errores y es normal pero lo más importante es aceptarlos y aprender de ellos.

Pero en realidad por qué nos cuesta tanto?

Puede se por varias razones, como ser perfeccionista, orgulloso o cuando lo que piensas de ti mismos se enfrenta con lo que hiciste mal, que le hiciste daño a otra persona ya sea con tus acciones o palabras, y entonces lo que pensábamos de nosotros no es del todo cierto.

Leyendo, encontré algo muy curioso que tiene que ver mucho con este tema y es que en el año 1954 un pequeño grupo religioso creía que un platillo volador los rescataría del apocalipsis que iba a ocurrir el 20 de diciembre de ese mismo año. El psicólogo Leon Festinger investigó a este grupo y escribió que los integrantes se rehusaban a aceptar que su creencia era errónea y mencionaron que Dios simplemente había decidido perdonarlos, mientras lidiaban con su propia disonancia cognitiva al aferrarse a una justificación.

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“El único hombre que no se equivoca es el que nunca hace nada”

Johann W. Goethe