Allí estaba yo, mirándome directamente al espejo, tratando de observar esa niña hermosa que con tanta alegría describe mi madre, solo podía visualizar una cara redonda con ojeras visibles debido a la dificultad de conciliar el sueño, cabello desaliñado cuya coleta no cumplía su propósito de mantenerlo en orden y ropa holgada pasada de moda, es decir, alguien sin ningún encanto.

- "Soledad"

Una voz ronca con tono perezoso me distrajo de mis pensamientos.

- "Dan Morrigan, cuantas veces te he dicho que no entres aquí sin ser invitado" - Digo con tono resignado.

- "Vamos cariño, si no me quisieras aquí no habrías déjalo la ventana abierta" - Dice con leve sarcasmo – "La última vez que estuve aquí tu amiga Amparo nos interrumpió de forma abrupta".

- "Es mi amiga, siempre trae flores de cerezo ya que son mis favoritas, así que no te metas con ella" - Mientras tanto camino a la puerta de mi habitación.

- "¿Desde cuando te volviste tan protectora?"

Dan sujetó mi mano con una agresividad que no había mostrado antes, sinceramente estaba asustada, así que traté de alejarme.

- "Vamos Soledad, me conoces, nunca te haría daño, y nunca me acercaría a esa niña, simplemente no es mi tipo, la única que me interesa eres tú - Cuando decía esto acariciaba mi rostro como si fuera un objeto valioso e irremplazable, de alguna manera esto me estremeció.

- "Soledad, llevo meses tratando de que seas mía ¿no puedes darme una oportunidad?" - Cuando estoy dispuesta a responder escucho la voz de mi madre instigándome a ir al colegio.

Nuevamente trato de salir de mi habitación, sin embargo, esta vez Dan toma mi mano con tanta delicadeza y ruega que me quede con un rosto desesperado, todo lo contrario hasta hace algunos minutos.

- "Por favor Soledad, no creo que pueda tolerar otro rechazo tuyo, no me abandones"

Mi mente vacila, por lo que toma provecho y me besa, no lo detuve como las veces anteriores, esta vez no! Mientras esto sucedía escuché a mi madre tocar la puerta de mi habitación, no obstante, no me importaba, solo quería ser suya y nada más.

- "Soledad por favor abre la puerta" – Podía escuchar su voz afligida, y como no reconocerla si cada vez que tenía un episodio era lo único que escuchaba, en esta ocasión no fue suficiente para detenerme, para detener a Dan.

Antes de cerrar completamente mis ojos pude ver como mi madre derrumbó la puerta, no podía creer que con su cuerpo diminuto lo lograra, pero en mi lecho de muerte este tipo de pensamientos ya no importaban.

- "Hija ¿por qué lo hiciste? Pensé que ya todo estaba bien" – La observé sosteniendo mi cuerpo cubierto de sangre llorando con desesperación pura.

- "Todo está bien ahora mamá" – Es lo que me hubiera gustado decirle, pero mi mente y cuerpo ya no me pertenecían, solo podía rezar para que mi madre no se culpara por mi decisión.

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Gracias a @belenguerra , @writingnreviews y @fendit por la iniciativa de este proyecto 😊