LA SEMILLA DEL BUEN HÁBITO

Manías, mañas o caprichos son cosas fáciles de aprender o practicar, pero como cuesta cultivar un buen hábito cualquiera que sea, lo ideal es que el hábito comience a adquirirse en la infancia, pero en la realidad de la vida actual tan alocada que llevamos, los padres los padres andamos desorientados y nuestros hijos hablan lenguaje que nos superan. Siendo así, ¿Cómo podemos transmitir hábitos a otros si ya es difícil construirlos dentro de nosotros mismos?, ¿Cómo reunir las condiciones apropiadas para sembrar esa semillita de los buenos hábitos de los pequeños? , ¿Cómo practicarlas nosotros, los grandes que ya hemos adquirido mañas?, ¡Como resistirnos a lo fácil trabajar en lo profundo de nuestro ser y nuestro hacer para obtener mejor provecho de la vida y proyectar bienestar a otras?; Pues, si no estamos contentos con la forma de cómo organizar nuestro desempeño, hagamos pequeños cambios y observemos los resultados.

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Lo primero es ubicar las áreas que queremos cambiar en nuestra manera de vivir, pues, aunque parezca una contradicción a la larga los buenos hábitos nos facilitaran la vida. Luego nos daremos cuenta que el camino que se construye cada día, sabiendo que nos topamos con muchas tentaciones que pueden desviarnos de la intención original.
Así que nos conviene poner en practica algunos truquitos como los siguientes, entre los miembros de la familia, según las edades y capacidades de cada quien.

• Se dice que "el flojo trabaja doble", pero si aprende a planificarse se convierte en un flojo eficiente.😁

• Preparemos el día siguiente desde la noche anterior y prestemos atención a las pautas que nos propusimos para ese día.

• Planifiquemos objetivos para la semana siguiente, el mes y el año que comienza, realizando una lista de actividades que nos ayuden a cumplirlas. Esto se llama tener propósitos.

• Cuando se trata de metas cercanas, pongámosle fecha u hora a los asuntos pendientes.

• Reservemos espacios destinados a ordenarnos en nuestra cotidianidad: ubiquemos un lugar fijo para las llaves y otro para el bolso o maletín de trabajo y el paraguas, instalemos un pequeño escritorio y un archivo para los papeles y documentos.

• Contemos con un calendario visible en nuestro entorno (tanto en casa como en la oficina) y tengamos un reloj de pared en nuestro hogar para organizar nuestro tiempo según las distintas actividades que debemos realizar.

• A los niños de la casa siempre es importante habilitarles una mesa de su tamaño donde puedan jugar y hacer sus tareas. Una vez que terminen sus actividades, es necesario a enseñarles a ordenarla.

• En las mañanas conviene arreglar la cama.

• Para la buena convivencia todos debemos colaborar sirviendo la mesa en el momento de comer, y retirar los utensilios usados al finalizar, y que cada quien friegue su plato o que se establezcan tareas de forma rotativa para cada miembro del hogar, entre las que pueden incluirse fregar, secar los platos y guardarlos.

• En relación a las labores de limpieza del hogar como barrer, pasar coleto o limpiar los baños, pueden distribuirse equitativamente entre los miembros de la familia, según las edades y capacidades de cada quien.

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Los pequeños cambios hacen grandes diferencias, si no tenemos buenos hábitos se crean pequeños caos que se pasan desapercibidos pero a la larga se acumulan y pueden crear una tormenta. Es importante estar en armonía con nuestro entorno, crear este tipo de rutinas nos hace sentir cómodos en cualquier lugar, ya que se nos hace normal ser ordenados, aseados y puntuales.

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Espero les haya gustado esta escritura, es agradable difundir cosas positivas que ayuden en el crecimiento personal de cada individuo.

Saludos y Bendiciones a todos.

@suralla