Saludos a esta distinguida comunidad #writingandreviews, y a sus moderadores @belenguerra y @fendit. Hoy haré una reseña sobre una película que cambió mi vida para bien, porque me inspiró y aún me inspira a creer que podemos lograr nuestros sueños si trabajamos para consolidarlos. Se trata de "En busca de la felicidad".

Muchas veces los seres humanos requerimos de una película, una canción, un poema o un cuento… para sentir que nunca “Todo está perdido” y que siempre hay motivos para luchar por un mañana mejor. Eso lo sentí cuando vi la película “En busca de la felicidad”, protagonizada por Will Smith y Jaden Smith; esta dupla talentosa de padre e hijo en la vida real, nos sumerge en la vida de Chris Gardner, un joven que se queda sin tener donde vivir por no poder pagar la renta mensual del apartamento que habitaba junto a su esposa y su pequeño hijo; luego esta lo abandona debido a las precariedades económicas y le deja su hijo a cargo. De esta manera, Chris se convierte en padre y madre de la noche a la mañana, y ambos comienzan a vagar por la calle sin tener ningún hogar seguro donde estar. Pero Gardner, aparte de ser un hombre bondadoso, era inteligente y hábil para las Matemáticas. Fue así cómo logró ingresar a una prestigiosa firma financiera, con el propósito de formarse y de demostrarse a sí mismo que era un hombre capaz de sobreponerse a las adversidades y de luchar por la felicidad de su hijo. En este trabajo, Chris no ganaba ningún salario, pero apostaba a ocupar un cargo importante dentro de la empresa. Para ello debía trabajar en el día y estudiar de noche.

En esta película hay muchas escenas que quedaron grabadas en mi mente, por ejemplo, cuando Chris, débil por la falta de descanso y alimentación, fue a donar sangre a cambio de unos dólares para comer; o cuando él y su hijo se quedaron a dormir en el baño de la estación del tren, porque no tenían dónde pasar la noche, y él le hizo ver a su pequeño que ese momento era parte de una aventura, con lo cual transformó un mal recuerdo en uno grato para su hijo; o cuando llegaron tarde al albergue y casi se quedan sin cupo para pasar la noche…

Con estas escenas y muchas otras, lloré y sufrí. Pero también sentí que nosotros somos los dueños de nuestros destinos, y que los fracasos y los malos momentos son las semillas para que florezcan los éxitos.

Una de las frases más memorables de la película, que me la digo a mí misma y a mis alumnos es esta:

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