Durante la tarea 4 conté como había sido mi fin de año, mencioné que el año pasado había pasado el 31 de diciembre sola, porque no podía pasarla con mi familia de origen. Mis padres, mi hermana y mi sobrino.

Hay algo de eso que no es del todo cierto, podía pasarlo con ellos, elegí no hacerlo. ¿Por qué?

Por qué dos años atrás cuando mi primer y único sobrino había nacido, mi cuñado, el padre de la criatura, ejerció violencia de genero.

En esa oportunidad lo hizo conmigo, en esa oportunidad entendí que lo viene haciendo desde hace años con mi hermana.

Y de estas cosas hay que hablar.

Mi hermana está en una relación hace muchos años con esta persona, desde que ambos dos eran adolescentes, ¿eso qué significa?

Que este sujeto era una persona querida en la familia, se había ganado nuestra confianza.

Que cuando una mujer comienza una relación desde tan joven con alguien, de alguna manera su personalidad va adaptándose a la del otro, si encima tienes un psiquismo algo endeble como el de ella, más aún.

Que a medida que la relación con él se iba afianzando, la nuestra cada vez se hacía más distante.

Que, si a eso le sumas que la persona que dice quererte lo único que hace es hablarte mal durante años de tu hermana, es probable que eso a la larga o la corta haga mella en ella y en la relación.

Que si has tenido padres que no se han encargado de generar esa fraternidad entre hermanas cuando somos niños, es más complicado que eso pueda generarse luego.

Esto fue lo que paso en mi familia, ésta es la cronología según mi propia historia del por qué no he podido pasar fin de año con mi familia, ni cumpleaños, ni aniversarios por dos años.

Esta es mi historia de cómo viví en carne propia la violencia del macho, descarnada, impune, sin tapujos ni disimulos.

Este es mi sentir al respecto.

Pero les puedo asegurar, si prestas atención, si estas atenta, el macho es de manual. Lo vas a reconocer y cuando lo hagas, te recomiendo que salgas de ahí cuanto antes.

¿Por qué estoy escribiendo esto ahora? Porque una vez más me toco ser testigo de la violencia que ejerció un hombre hacia una mujer. Esta vez no fui la protagonista, pero si la actriz de reparto y les juro que sentí el mismo miedo que aquella vez. Por mí y por ella.

Pero vayamos por partes, diría “Jack el destripador”Entonces,.

Mi relación con mi hermana era bastante distante, nos encontrábamos para algunos eventos familiares, pero no compartíamos demasiado. Cuando he querido acercarme a ella, y juro que fue muchísimas veces, notaba su rechazo o sus pocas ganas.

Muchas veces también note que a el sujeto (vamos a llamarlo así) no le gustaba mi presencia, tampoco entendía por qué. Pero podíamos mantener la cordialidad y el buen trato.

Todo eso cambio cuando se casaron, la cordialidad, el buen trato, ya no era necesario mantenerlo por que como dijo cuándo se casó y alzo la libreta roja (en mi país la libreta de casamiento es roja) dijo a viva voz “ahora es mía”, refiriéndose a mi hermana.

Y no se equivocó, si hay algo que debo reconocer en él, es que es consecuente, lo que dice piensa y hace van de la mano, por el mismo carril.

Mi hermana paso a ser de su propiedad, ahora amparado por la ley, y todo aquel que se acercara desde fuera del círculo cerrado en el que el intentaba cercarla, no era bienvenido, era una amenaza.

Yo era una amenaza, sus amigas de siempre o casi todas también lo eran, ¿por qué?

Por qué no aceptaba que hubiese mujeres que quisieran cosas diferentes, mujeres que quizás no llevaban una vida demasiado convencional, una vida que según él era de libertina, de hippie, de rara.

¿Si me lo dijo? No hace falta, el macho es de manual. Y el manual me lo leí todo.

Una vida distinta, ni mejor ni peor, distinta. Y como les comenté en mi post sobre el miedo al cambio, a lo distinto se lo rechaza, con ¿qué? Con odio. Nunca me quedó tan claro.

Si con el casamiento mi hermana paso a ser una mercancía, con la llegada de un hijo, todo se agravo más.

El macho tiene q “cuidar” a la hembra y a su descendencia, cuidar como sinónimo de controlar, aislar, ya que mantener a la mujer lejos de su círculo íntimo, de sus personas de confianza, la debilitan, la dejan sola, es un ambiente propicio para que el macho haga de las suyas.

La hostilidad paso a ser aún peor, ya no había ningún tipo de reparo en decir cualquier cosa siempre con un tinte agresivo, no solo hacia mí, si no también hacia mi madre. Ningún prurito.

Creí que con la llegada de mi primer sobrino mi relación con ella podía cambiar, después de todo, yo quería involucrarme, era mi primer sobrino, estaba entusiasmada, muerta de amor con la idea de ser tía.

La maternidad siempre me había llamado la atención, decidí enfocar mi carrera hacia el estudio y la investigación de las mujeres durante el embarazo, el parto y el puerperio.

A medida que el embarazo iba avanzando, la violencia iba creciendo, no solamente de parte de él sino también de parte de ella, cada vez se hacía más visible.

Ahí fue cuando empecé a darme cuenta que mi ilusión de estar cerca de ellos, de mi hermana y mi sobrino no se iba a dar de la manera que yo lo imaginaba. Pero tampoco creí que podía llegar a tanto. Y ahora era yo la que empezaba al fin a enojarse.

Lautaro, mi sobrino no quería ponerse en posición de parto, por lo tanto, le programan la cesárea. Con tanta casualidad (será que existe tal cosa) que él bebe iba a nacer cuando yo estuviese de vacaciones.

Le dije a mi hermana que yo no iba a poder estar ese día porque estaba de vacaciones, ella no mostro demasiado reparo, claro, hubiese sido raro que lo hiciera.

Cuando volví de mis vacaciones, lo primero que hice fue conocer a mi flamante sobrino. Ese día, un día que tendría que haber sido, de celebración, de gozo y de amor puro. Era él bebe más lindo que había visto, tan parecido a ella, tan parecido a mí. Verme en él, verlo en ella, ¿Qué locura la genética no?

ese fue el dia que lo conoci, la que lo estaba sosteniendo era yo

Por primera vez en mucho tiempo sentí que podía conectarme con mi hermana de otra manera, al estar puérpera, temerosa, vulnerable, la hacía más accesible, más permeable y receptiva a lo que pudiera decirle, a lo que pudiera sentir.

Parecía haber dejado el escudo a un lado y yo que estaba muerta de amor y con muchas ganas de estar ahí para ellos, quizás podía ser el comienzo de algo distinto.

una de las ultimas veces que lo vi recién nacido, acá estamos, mi madre y mi hermana

Vaya si lo fue…

Enseguida empezaron los reproches sobre por qué no había estado ahí el día del nacimiento, por supuesto que yo con él no tenía nada de qué hablar, a la que en tal caso le debía explicaciones era a ella.

¿Qué explicaciones? Cuando se habían encargado de hacerme saber que no era bienvenida, que mi presencia molestaba.

Cuando nos quedamos a solas, las dos llorando, mi hermana pudo decirme por primera vez que necesitaba que yo estuviese ahí. Pero nunca me lo pidió. Fue la primera vez en mucho tiempo que sentí que podía conectarme con ella desde otro lugar.

Se puso de mi lado, entendió que su marido se había desubicado, que no era momento para hacer reproches y se lo hizo saber, en mi presencia.

El macho sintió que estaba perdiendo el control, que estaba perdiendo poder, y no lo soporto.

Cuando me acompaño a la puerta, me propino toda clase de insultos. Me amenazó de muerte, si, “te voy a matar y a dejar tirada en la calle, a mí no me importa nada” y me dijo que no iba a volver a acercarme a su familia. Palabras que no voy a olvidar jamás.

¿Por qué? Que justifica que un hombre amenace de muerte a una mujer.

NADA

¿Cuáles son los justificativos para semejante acto de violencia?

NINGUNO

Obviamente que el encontró justificativos, mintiendo por supuesto. Se lo encuentra en el segundo apartado del manual del macho violento.

Después de ese episodio, el cual me dejo con mucho miedo, mucha tristeza y sobre todo me dejo en silencio.

Estuve un mes sin poder hablar con mi familia, ¿Cómo hacía para contarles a mis padres que recién habían sido abuelos que su yerno era un violento, que me había amenazado de muerte y lo que aún es peor, mi hermana estaba casada y había tenido un hijo con él?

Mi padre fue el primero que se enteró, juntos empezamos a atar cabos. Ambos nos habíamos dado cuenta tiempo antes que algo no andaba bien en esa pareja. Nunca pensamos que podía llegar a tanto.

Lo que siguió fue muy doloroso, para poder ver a mi sobrino tenía que aceptar volver a sentarme en la mesa con el sujeto, hacer de cuenta que no había pasado nada.

Mi hermana dejo de hablarme, de contestar mis mensajes, de saludarme para mi cumpleaños.
Y yo veía a mi sobrino por fotos, veía como crecía, lo increíblemente parecido a mí que era.

lo rápido que crecen es increible

Por qué claro, de ninguna manera iba a aceptar esa negociación. Pero me dolió, no saben cuánto.

Cuanto faltaba un mes para irme de viaje, le pedí que me dejara verlo, quería despedirme, quería que el supiera que tenía una tía, que me viera, ya no iba a ser una amenaza. Ya me iba.

Dos días antes de viajar, nos pudimos reencontrar. Lautaro jugo conmigo, los dos tirados en el piso como si me conociera. Que sabios son los niños.

jugar con un niño, es volver a ser niño otra vez

Ese reencuentro fue clandestino, nadie podía enterarse que la tía maléfica había visto al benjamín. Así de grave todo. Así de ridículo.

Hoy a la distancia sigo recibiendo fotos de mi sobrino, lo he visto alguna vez por video llamada, pero no más que eso…

Siempre pendiente que el macho se entere que tengo contacto con su cría y quiera cercar el terreno una vez más, porque para él soy una “ abortera”, así me despidió cuando se terminó de violentar conmigo.

Abortera: mujeres que defienden y hacen uso de su libertad tanto para decidir sobre su sexualidad y reproducción, como al derecho a recibir información sobre métodos anticonceptivos. Mujereses LIBRES o que luchan por serlo.

Abortera para el macho: libertina, hippie, puta egoísta, (van juntos) Mujer LIBRE

Dos años después puedo decir que ya no me duele tanto, que me llevó mucho tiempo aceptar que la realidad era esa, que el costo a pagar iba a ser muy grande.

Que de todas formas no iba a poder tener la libertad de ver al nene como yo quisiera, porque el macho iba a estar acechándome siempre.

Por lo tanto, tuve que elegir, y me elegí a mí.

Sí, no festeje más cumpleaños todos juntos.

Sí, me perdí ver a mis padres abuelos, interactuando con el nene.

Pero el costo era enorme, se me estaba pidiendo que sea OTRA, que mirara para otro lado, que en lugar de hablar de violencia hablara de enojo.

NO, no lo voy a hacer.

No voy a consentir, porque tendría q pedir perdón por ser yo.

No lo hagas amiga.

No estás sola, no te quedes sola, hay muchas mujeres que están ahí para darte una mano, una cama, un techo, prestarte la oreja.

Pedí ayuda.

El 31 de diciembre del año pasado me encontré teniendo que ser testigo de una situación similar, un machito posesivo que con un par de copas de más dejo ver su violencia desbordada.

Y yo sentí miedo por segunda vez.

Miedo a un hombre.

Mi amiga también lo sintió.

Es importante estar atentas a los que nos dice el cuerpo, mi hermana esta adormecida, entumecida. Por lo tanto, no siente miedo, el pacto inconsciente que hace con el sujeto es muy fuerte.

No siente miedo porque no siente nada, porque para sentir miedo tu cuerpo tiene que ser tuyo, y cuando sos víctima de violencia de género, tu cuerpo no es más tuyo, como tampoco tu libertad, como tampoco tu vida.

a pesar de los días intensos que pasamos, no dejamos de disfrutarnos y acompañarnos, esto fue al día siguiente del episodio Mi amiga Naty y yo

Mi amiga en cambio leyó las señales, ato cabos y el macho que de original no tiene nada desplego sus dientes a la primera que su novia le retiro la mirada, miro para otro lado, porque la estaba pasando bien sin él, no lo necesito.

Entonces el…

No lo soporto.

Y la secuencia vuelve a empezar

Esta vez con un final distinto, dejo al sujeto2.

Y yo que no puedo con mi genio, me pregunto. ¿Por qué tuve que volver a pasar por una situación así?

termine y arranque el año intensamente, como vengo viviendo últimamente, la vida no me da tregua, yo solo le pido que siga enseñándome pero de manera mas amable, dale?

No lo sé, pero lo que si se es que esta vez tuve mi revancha. Antes no había podido hacer nada por mi hermana, no me dejo acompañarla, no me dejo estar cerca.

Esta vez me quede, esta vez una mujer pudo apoyarse en mí, no como psicoanalista, si no como mujer.

Como una mujer a la que la violencia machista la toco de cerca y le hizo perder mucho.

Pero ganar tanto más.

Porque me di cuenta que a veces la manada esta en otra parte, en Ibiza, en Barcelona, en Buenos Aires, quien sabe...nos hacen creer que uno tiene que aceptar lo que sea de la familia de origen, de “los de sangre”

Y no. YA NO.

una vez mas cuando estoy volviendo para Barcelona, veo un arcoiris hermoso