Esta es mi canción elegida "What I've done - Linkin Park"

Fuente

Y esta es mi historia...

Imperio Alturian, Año 2058 del calendario intergaláctico

La ciudad era un caos. Los edificios estaban destruidos, las calles eran testigo de los enfrentamientos entre civiles y guardias del imperio. La sangre derramada era una marca que nunca seria borrada y pesaría en la historia de estas tierras.

Era increíble pensar que hasta hace unos pocos años era una ciudad prospera con maravillosas edificaciones. El pueblo seguía ciegamente a sus líderes, creyendo cada una de sus palabras y aceptando que sus mandatos eran justos y benevolentes. Pero ¡Nada es lo que parece!

¡Era hora de ponerse en marcha! La tranquilidad de mi habitación fue destrozada por una persona que irrumpió desesperadamente en ella.

—¡Señor! !Señor! ya casi es la hora —dijo agitadamente el coronel Smith. Me levante y lo mire fijamente, acto seguido él me agarro del brazo con fuerza y comenzó a jalarme, mientras corría con todas sus fuerzas—. ¡Rápido! No nos queda mucho tiempo.

—Querido amigo ¿Te han dicho lo apuesto que te ves hoy? —pregunte con una pequeña sonrisa en mi rostro, mientras corría.

—Muy gracioso, Señor. Déjese de tonterías y démonos prisa, la moral de los rebeldes está cayendo. Es su deber como líder de la resistencia dar el discurso que nos llevara a la victoria. Ya todo está preparado.

—¡Joder! Malditos sean imperialistas, nunca se rinden. Su avaricia es tan grande que no les importaría sacrificar a gran parte de los civiles — Exclamé con un odio intenso. La ira comenzó a surgir en lo más profundo de mi ser, viejos recuerdos que me atormentaban empezaron a salir a flote.

Los pasillos que conducían a la sala de transmisión eran oscuros y angostos, se podría esperar una emboscada en cualquier momento. Sin duda, me habría gustado que solo fuera un mal pensamiento, pero entonces ocurrió. Se escucho un disparo a lo lejos y al instante surgió un grito ahogado. Me detuve en seco, Smith había sido herido y yacía en el suelo.

—¡Alto! Ni se les ocurra moverse, malditos rebeldes —dijo altivamente un guardia del imperio. Haciendo caso omiso de su orden me dirigí rápidamente hacia donde estaba Smith, la bala había perforado su estómago y se estaba comenzando a desangrar. Hice presión en la herida con un pañuelo.

—¡Vamos viejo amigo resiste! Ni se te ocurra morir en este momento, cuando estamos a punto de lograr nuestro objetivo —grite nerviosamente. La desesperación se comenzó apoderar de mí. Una vez más mis manos estaban llenas de sangre. Otra vez alguien moriría por mi culpa, mientras me ahogaba en mis pensamientos, mi corazón iba a mil. La adrenalina no tardaría en llegar—. ¡AAAAaaaaHHHhhhrrrrgggg! ¡Malditos, todos! Juro que no dejare a ninguno vivo.

—¡Ey! Dije que no te movieras —repitió el guardia mientras me apuntaba.

—Per-Per-Perdóneme Señor...cof...cof...cof —dijo mientras tosía sangre. Su pulso comenzaba a disminuir, lo estaba perdiendo—. Pa-Parece que este es mi fi-final, le encargo el resto Señor —dijo con su último aliento. Ahora, él se había ido.

— Levántese y dese la vuelta, Sargento Miller —ordenó el guardia.

Siempre fue igual, a donde quiera que fuera sin importar la misión que me asignarán. Mis manos se manchaban de sangre y era utilizado por los altos mandos para mantener su estatus. Pues, eso se acabó.

Mis sentidos se agudizaron, ya no había dudas en mi mente. Mis movimientos fueron limpios y certeros. Tome mi arma de su funda, quite el seguro y dispare hacia al guardia. Antes de que él pudiera reaccionar, la bala ya había atravesado su cráneo y yacía tirado en el suelo. Agarre el bolso de mi viejo amigo, me levante, hice una reverencia y me puse en marcha.

Había pasado toda una vida siguiendo órdenes sin cuestionar, siendo un títere; aislando mis emociones, volviéndome más frió y despiadado. Puliendo mis habilidades hasta la perfección. Y todo eso para que unos viejos aristócratas pudieran disfrutar de una vida de lujos y placeres. Finalmente, me había entregado completamente a la ira.

Todo guardia que se atravesaba en el camino, moría antes de percatarse de mi presencia. Las balas llovieron como una sentencia de muerto para cada individuo. Ninguna fue desperdiciada, cada una acertaba en el blanco y el objetivo era eliminado.

Al poco tiempo, llegue a la sala de trasmisión. Me hubiera gustado pensar que al entrar estaría totalmente vació. Pero, en realidad el comité de bienvenida hace rato que me estaba esperando. Y quien soy yo para hacer esperar a mis queridos anfitriones. Es una suerte que haya traído un par de regalos para la ocasión.

Saque los regalos del bolso de Smith, encendí una de las mechas y la arrogue el primer regalo hacia la puerta de la sala. El dulce y armonizo "boom" de la bomba destrozo la puerta y mando a volar a dos guardias junto con la puerta.

—¿Que ha pasado? —pregunto un guardia algo aturdido mientras tosía. En medio de la confusión arroje el segundo regalo y la sala comenzó a llenarse de humo. Tomé del bolso el arma de mi compañero y me dispuse a entrar a la sala para impartir la muerte.

—¿Me acompañas a bailar este vals, viejo amigo? —susurre mientras entraba. Era la combinación perfecta, un arma en cada mano. Los gritos marcaban el compás de este vals, mis pasos eran cada vez más sutiles, estaba disfrutando del momento.

Pero la satisfacción duro poco, me había quedado solo. Todos yacían en el suelo sobre un charco de sangre. Hace rato que ya habían dado su ultimo respiro.

—Bueno bueno bueno, parece que la hora de jugar acabo. Es momento de ponernos serios —dije con un tono burlón.

Camine hacia el dispositivo de transmisión y lo active, había llegado la hora de dar el mensaje. La imagen transmitida mostraba a un hombre de unos 40 años con uniforme militar, todos y cada uno de los habitantes del imperio podían verlo claramente. Era el sargento Miller, exhalo profundamente y comenzó a dar un discurso.

Mis queridos habitantes del imperio ¿Que tal les va? Espero que bien. Me imagino que deben estar disfrutando del pequeño baile sangriento que han orquestado los líderes y aristócratas a los cuales todos siguen ciegamente.
...
Aunque, creo que las cosas no van muy bien para los alborotadores que envié para animar un poco más la fiesta. ¡Dejémonos de juegos! Cuanto más seguirán mirando hacia otro lado y se dejaran pisotear por un pequeño grupo de malditos codiciosos ¿Ah?
...
O es que acaso ¿No saben todos los crímenes que han cometido los altos mando de este imperio y la gran cantidad de sangre que se ha derramado como consecuencia? Pues entonces, déjame resumírtelo. Asesinatos, violaciones, extorsión, chantaje, secuestro, encubrimiento de la muerte de civiles inocentes y muchas otras cosas más.
...
Y ¿Saben algo? Yo fui el que cometió la mayoría de esos crímenes bajo las órdenes de esos malditos lideres a quienes ustedes adoran y veneran. ¿No creen que es irónico? Entonces, los estaré esperando aquí en esta sala de transmisión para que tomen la venganza que tanto se merecen.
Borren su existencia y entréguense a la ira.
...
Pero antes, si son tan amables podrían traerme la cabeza de esos malditos bastardos cerdos codiciosos. Estaré complacido de dar mi vida a cambio de sus cabezas.

La transmisión se cortó. El sargento Miller tomó asiento en la sala y activo el dispositivo de observación.

La moral de la resistencia se había disparado hacia los cielos, cada vez más y más civiles se unieron a la lucha. Todos bailaban al compás de la ira.

Era el inicio del acto final. El renacimiento.

---

Esta es mi historia para el "CONCURSO DE HISTORIAS CON CANCIÓN" estoy agradecido con @fendit, @belenguerra y @writingnreviews por promover estos concursos.