CONCURSO SEMANAL: Experiencias paranormales /Por @joyarub
CONCURSO SEMANAL: Experiencias paranormales /Por @joyarub
Gracias @writingnreviews por la oportunidad en este concurso que a pesar de lo “tenebroso” que puede llegar a ser, nos invita a recrear una anécdota desde la creación literaria. También envió un reconocimiento a @fendit y a @belenguerra por su constancia y dedicación.
La Mujer de Blanco
Fuente
Vivíamos en una casa a las afuera de la ciudad que fue construida en terrenos donde había existido una laguna. Era un complejo de urbanizaciones realmente nuevas para la época.
Al pasar los años, la casa la fueron trasformando para que fuese más espaciosa. Tuvimos dos perros “Poodles” y yo pasaba mucho tiempo solo cuando llegaba del liceo, pues mis padres trabajaban hasta caer la noche. Tuve un amigo que frecuentaba mi casa, y una tarde cuando estábamos jugando en la sala, la licuadora se encendió sola. Nos miramos la cara y sin temor fui a desenchufarla. Pensé que se trataba de un corto circuito, o algo así.
Pequeñas cosas extrañas empezaron a suceder a partir de ese momento.
Mi cuarto era el más grande de la casa, tenía dos camas individuales y un baño. Cuando me acostaba aparecía en la pared una sombra con el número ochenta y nueve (89), lo podía ver solo en las noches y no se trataba de un reflejo que produjera una distorsión en mi imaginación. También sentía, a veces, esa sensación cuando alguien se sienta en la punta de la cama y se hunde el colchón. No me atrevía a ver, solo escuchaba un detalle en la puerta del baño como si entraran. Casi todas las noches sucedía pero no le dije a nadie.
Cuando llegaba el verano, el calor arreciaba y mi padre y mi madre decidían dormir en mi cuarto por al aire acondicionado. Mi tía que una vez estuvo de visita entró para acomodarse, así que mi madre y yo dormimos en una colchoneta mientras los demás lo hacían en las camas. A media noche, sentí como estrellaron una botella cerca de mi oído, me sobresalte y cuando vi a mi alrededor mi madre también se había despertado asustada. Más nadie se dio cuenta ni escucho nada.
A la mañana siguiente todos se fueron, pero supe después que mi madre le comentó a mi tía. Mientras trascurría la tarde, yo me encerraba en el cuarto con los perros; ellos gruñían por debajo de la puerta, y yo recostaba mi oreja, entonces escuchaba como la licuadora se prendía, revolvían los cubiertos, abrían el grifo del agua…
Cuando mi madre salía tenía la costumbre de pedirle a las Ánimas Benditas del Purgatorio para que cuidaran su casa y protegieran a su hijo, así que me decidí a contarle lo que sucedía y no continuó haciéndolo.
Al llegar la noche, me fui a dormir y mi tía fue la única que entró a mi cuarto y se acostó. A media noche sentí el colchón hundirse en la punta y me acariciaban el cabello con suavidad. Abrí un poco los ojos como quien mira entre las pestañas y me di cuenta de una mujer vestida de blanco que desaparecía hacia el baño. Cuando volteé, mi tía me miraba desde su cama; ambos nos sentamos y me dijo: tranquilo sobrino, ella no te hará daño. Buscaré ayuda para que no vuelva a molestarte.
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Congrats on being one of the winners of this week’s contest!!
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Muchas gracias @writingnreviews, me siento honrado.
#onepercent #venezuela #affable