El tema de hoy y a lo largo de las próximas publicaciones seriales, enfoca el ministerio pastoral desde la perspectiva de la pastoral juvenil. Para entender con énfasis una estructura que sustente las necesidades imperantes de la juventud eclesial hoy. El presente trabajo se estructura al definir lo que representa un llamado al ministerio pastoral y más aún la necesidad imperante que Dios pone en el corazón del líder en sensibilizar su corazón para ocuparse de los más jóvenes de la grey. Se desglosa el carácter y la vida integral del pastor, referente a sus ocupaciones y prioridades de vida, su conducta y los dones dados a consecuencia de su llamado ya puestos en práctica para el desarrollo ministerial. Se pretende hacer además una vista panorámica de la estructura interna de lo prioritario en una pastoral juvenil en cuanto a las necesidades de la juventud hoy y una pequeña inspiración de reconocimiento por la ardua labor que realizan los llamados al ministerio pastoral.

_{Fotografía de mi álbum personal en común con el Ministerio Juvenil con Propósito. @graceleon}

1. EL LLAMADO AL MINISTERIO PASTORAL

    Cuando nos referimos a llamado al ministerio, es necesario pensar y evaluar las circunstancias por las cuáles grandes siervos de Dios han tenido que atravesar para entender la veracidad de la voz de Dios en sus vidas, existen dos maneras de comprobar que es Dios mismo hablando y estableciendo una orden irrevocable a una selecta y muy exclusiva parte de sus fieles. Con relación al llamado al ministerio pastoral el reconocido autor Charles H. Spurgeon en su obra Discurso a mis estudiantes dice que los ministros de Cristo han sido llamados con toda propiedad "Lo más escogido de su escogimiento, lo selecto de su elección, la iglesia entresacada de la iglesia."
    Las maneras de comprobar el llamado de Dios se les denominará: el llamado interno y el llamado externo. Cita John McArthur en su obra: El Ministerio Pastoral, haciendo una referencia a lo escrito por Thomas C. Oden, en su obra Pastoral Theology: Essentials of Ministry, en el capítulo “El llamado al Ministerio” con una discusión acerca de la correspondencia entre estos aspectos externos en internos del llamado, y concluye:

    El llamado interno es un resultado del acercamiento interno o del poder que se obtiene del Espíritu Santo, que con el tiempo acerca a un individuo al llamado externo para el ministerio en la iglesia. El llamado externo es un acto de la comunidad cristiana que por un determinado proceso confirma el llamado interno. Nadie que no haya sido llamado y comisionado por Cristo y la iglesia puede cumplir adecuadamente con el difícil rol del pastor. Ésta es la razón por la que la correspondencia entre el llamado interno y externo es tan crucial para ambas partes, el candidato y la iglesia, a fin de que desde el principio se establezcan con una claridad razonable.

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    Como un proceso natural en el orden eclesial de la iglesia, Dios en su soberanía, irá revelando según las necesidades, a los creyentes su irrevocable llamado y lo mostrará a el resto de su grey para cumplir los procesos y confirmar su voz en medio de la inminente necesidad de líderes comprometidos y dotados según los dones específicos para servir en el sagrado Ministerio.
    El pastor Dr. Les Thompson, en su obra: Cartas a Carlos: Consejos de un pastor viejo a un novato, el autor hace referencia a su llamado particular, estimulando a su destinatario, Carlos, a escuchar la voz de Dios y obedecerle sin temor. El cita en el capítulo El llamado de Dios, lo siguiente:
    En cuanto a un llamado claro de Dios creo, como dice Pablo en la carta Romanos 11:29, que “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios”. No se juega con este llamado, porque todo lo sagrado —y aun lo eterno— está envuelto en la manera que lo aceptamos y obedecemos.
    Podemos compararlo con el llamado que recibieron los profetas del Antiguo Testamento. Por ejemplo, Jeremías nos cuenta el suyo: “Vino, pues, palabra de Jehová a mí, diciendo: Antes que te formase en el vientre te conocí, y antes que nacieses te santifiqué, te di por profeta a las naciones. Y yo dije: ¡Ah! ¡Ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño. Y me dijo Jehová: No digas: Soy un niño; porque a todo lo que te envíe irás tú, y dirás todo lo que te mande” (Jeremías 1:4-7).
    Vemos en el Nuevo Testamento que los doce discípulos no fueron voluntariamente al ministerio, al contrario, a cada uno Cristo les hizo un llamado claro y definido. Lo mismo vemos en el caso del apóstol Pablo. Dios le dijo a Ananías: “Ve, porque instrumento escogido mees éste [Pablo], para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel”. Creo que en estos ejemplos vemos la manera en que Dios protege a su pueblo de pastores falsos que se han autollamado, por tanto, sin la bendición y la autoridad divina en su ministerio.
    Haciendo mención de las necesidades de la iglesia, Lucas Leys, en su obra: Adolescentes: Cómo trabajar con ellos sin morir en el intento; refiere lo siguiente acerca de los adolescentes:
    ¿Qué necesitan los adolescentes? Los adolescentes necesitan a Dios. A veces estamos tan concentrados en lo que la iglesia ha hecho por años, que olvidamos pensar si estamos atendiendo a la verdadera necesidad de la gente. Puede ocurrir que muchas herramientas (‘taladros’) que fueron efectivas décadas atrás, hoy no sirvan más. Puede que necesitemos técnicas que para nuestros predecesores parezcan poco espirituales.
    Cada generación afronta el desafío de preguntarse si está tomando en cuenta la verdadera necesidad. Es tiempo de dejar atrás algunos taladros y prepararnos para nuevas herramientas.
    Al mencionar a los adolescentes y jóvenes, los cuales son parte importante dentro de la grey de Dios, se manifiesta el enfoque de profundizar un poco acerca del llamado al ministerio en la pastoral juvenil, tema muy fresco para las iglesias crecientes del día de hoy.

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2. EL MINISTERIO PASTORAL JUVENIL

    El interés por hablar de una perspectiva del ministerio pastoral enfocado a la juventud de la iglesia, parte de la realidad existente que día en día viven este sector de la sociedad. La pérdida de convicciones es una condición de nuestra cultura, muy evidente. Saber que los jóvenes están adoptando creencias distorsionadas acerca de Dios, de la verdad y de la realidad. Nos encontramos en una crisis de creencias en el presente y futuro pronto de la sociedad. Para responder a esta necesidad, Dios ha colado en el corazón de sus elegidos el deseo de trabajar con este gran grupo de personas que sin duda, ha de ser quizás el más complejo y diverso trabajo pastoral a considerar.

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    No es importante ahora citar estadísticas que indiquen en lo que andan los jóvenes y adolescentes de hoy. Todos tienen la capacidad de percibir el peligro inminente de la juventud; los cuales enfrentan presiones sin precedentes, entre las cuales se podrían nombrar por decir algunas de ellas: tentaciones sexuales, violencia en las escuelas, el alcohol, drogas ilícitas, entre otras influencias que amenazan destruir todo lo que se enseña en la Iglesia. Y mientras se necesita tenerle miedo a lo que los jóvenes pueden estar tentados a hacer, se requiere estar más preocupados por la enseñanza que reciben sobre lo que deben creer. Según Mc Dowell y Hostetler en su obra: Convicciones más que Creencias.
    No es un secreto que se ha heredado una sociedad donde Dios es un extraño; la posmodernidad ha presentado la posibilidad de vivir de las apariencias, de no prestar atención a nada que lleve al dolor, al esfuerzo o a la profundidad. Ni siquiera queda lugar para el análisis de por qué fracasaron los sueños de la modernidad. Se quisiera presentar un recetario que presente soluciones instantáneas para enderezar una adolescencia y aún una juventud. Esto es muy característico de la cultura actual.
    Emulando un poco la estructura tradicional de la iglesia, en esta oportunidad se observará algunos detalles característicos del pastor y sus roles ministeriales. Para tratar con seriedad la necesidad imperante que las iglesias de hoy merecen establecer una pastoral juvenil que atienda las necesidades particulares y específicas de una juventud que clama y busca cómo puede el Camino, la Verdad y la Vida.

_{Fotografías de mi álbum personal en común con el Ministerio Juvenil con Propósito. (Actividad sólo para chicas) @graceleon}

3. LA VIDA DEL PASTOR

    A continuación se destacará algunas de las características centrales que resultan elementales para el Pastor y su ministerio sagrado.

3.1. El Pastor y la oración

    E. Bounds en su obra El Predicador y la Oración cita unas palabras referidas por Charles H. Spurgeon quien dijo en una ocasión que:

Enteramente, el predicador es, sobre todos los demás, distinguido como un hombre de oración. El ora no como un cristiano ordinario: él ora más que un cristiano ordinario; de otro modo seria descalificado para el oficio que ha emprendido. Si vosotros, como ministros, no sois llenos de oración, debéis ser compadecidos. Si llegáis a ser flojos en la devoción sagrada, no solo vosotros necesitaréis compasión, sino también vuestra congregación. Y el día viene en el cual seréis avergonzados y confundidos. Todas nuestras bibliotecas y estudios son mera vacuidad comparadas con nuestras cámaras secretas de oración.

    La oración es la herramienta más importante y eficaz que existe para un creyente, por lo cual es imprescindible que nuestro todo esté repleto por la mera dependencia a Dios en oración.

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3.1.1. En la vida personal

    La pregunta más importante que hay que hacerse es ¿Debería ser la oración fundamental? O ¿Debería la oración jugar un papel central en nuestra vida diaria o semanal? Más allá de esto, ¿Hago oración? Para el ministro consagrado y comprometido con Dios, la vida de oración personal debe ser tan o más importante que comer, ir al baño o dormir inclusive.

3.1.2 En la vida familiar

    La oración en la vida de una familia necesita ser reexaminada y reajustada constantemente. La pregunta es ¿oro con mi esposa(o) con cuanta frecuencia? Y si existen, ¿oro con los miembros de mi familia tan a menudo cómo debo? ¿Es suficiente el tiempo de devoción familiar el que ejercemos como prioritario otorgándole la calidad que merece?

3.1.3 En reuniones de oración

    Las reuniones o servicios de oración, deben ocupar la totalidad del tiempo para la oración, exclusivamente. Emplear estrategias para hacer que los servicios de oración logren tener un alcance a las necesidades particulares y generales de la iglesia y darle la importancia que requiere es la verdadera y fundamental razón.
En fin, las oraciones deben ser una parte primordial de nuestras reuniones. Es importante orar por el ministerio, las necesidades de cada miembro y de la iglesia en general. Orar por la juventud y la adolescencia de la iglesia, su círculo de influencia y en pleno, hacerles saber que se está orando por ellos, es de gran impacto a sus vidas al saber que existe un pastor que les ama y que se ocupa en la oración por sus vidas.

3.2. El Pastor como persona

    “El oficio pastoral dada su naturaleza, está íntimamente ligado a la persona que lo ejerce. No puede practicarse sólo objetiva y profesionalmente sin prostituirse. Requiere subjetividad y vivencia” según Víctor Jesús Cabrera en su obra Las Manos al Arado.
    El ministro de Dios debe ser excelente, pues así espera la gente que sea, así lo cree la congregación y así dice Dios que es necesario que sea. Las cualidades pastorales mencionada por el apóstol Pablo en sus cartas pastorales de Timoteo y Tito, convierten a la figura pastoral en lo mejor de la humanidad. Haciendo un análisis exhaustivo de estas cartas, se extraen dos principios elementales que describen al pastor como persona.

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3.2.1. La irreprensión moral tanto en el ámbito moral como en el orden social

    Consiste en una conducta moral inexpugnable que no permite dar lugar a acusaciones fundamentales y válidas que mengüen o anules su influencia, arrojando vituperio al buen nombre del evangelio.

3.2.2. La madurez espiritual

    La madurez es lo que hace al hombre sobrio, prudente y decoroso. ¡Cuánto se requiere cultivar todas las aptitudes que habilitan a los siervos de Dios a ser idóneos en el ministerio de la palabra!, ¡Cuanta falta hace que haya cada vez más pastores jóvenes espiritualmente maduros y moralmente irreprensibles!

3.3. El Pastor como maestro

    Según lo descrito por el apóstol Pablo en sus cartas pastorales “Pero es necesario que el obispo sea irreprensible, marido de una sola mujer, sobrio, prudente, decoroso, hospedador, apto para enseñar;” (1 Ti. 3.2; RV60). El pastor debe estar apto para enseñar, seguramente porque el ejemplo debe respaldar y corroborar la enseñanza. El pastor debe enseñar a vivir, debe enseñar doctrina cristiana sana, debe enseñar la Biblia, debe enseñar métodos. El pastor cumple una labor docente de trascendental importancia, que debe realizar con profunda vocación.

3.4. El Pastor como predicador

    La predicación es la tarea principal del pastor, está va ligada a la enseñanza como lo dice Pablo en su carta a Timoteo “Los ancianos que gobiernan bien, sean tenidos por dignos de doble honor, mayormente los que trabajan en predicar y enseñar.” (1Ti. 4.2, RV60). El pastor debe predicar la palabra, que nunca ceda a la tentación de apartarse de la predicación del evangelio, ¡que vele por la preservación de la prístina pureza de la predicación apostólica!
    El pastor debe usar bien la palabra de verdad, como lo demanda la escritura en la segunda carta a Timoteo capítulo 2 verso 15 “Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de qué avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad.” (2 Ti. 2.15, RV60). Esto lo logra exponiéndola con el mejor lenguaje posible; aplicándola correctamente y con la mejor lógica y comunicándola con la más profunda convicción.

“El predicar la Biblia es incomparablemente el modo más maravilloso de predicar” .
Dice Criswell en su obra El Pastor y su ministerio.

    Los que van al templo esperan escuchar lo que Dios tiene que decir y el pastor está para declarárselos. El aprende el mensaje de Dios proveniente de la misma revelación mismo despliegue de Dios en las Santas Escrituras. Es entonces el pastor quien se para sobre la roca sólida al predicar la inmutable y eterna Palabra de Dios.

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_{Fuentes Bibliográficas utilizadas para documentarme:}

Victor Jesús Cabrera, Las Manos al Arado: manual práctico para el pastor de hoy. 1ª. Ed. (s/l.: Editorial Casa Bautista de publicaciones, 1978), pp. 67-68.
Edward McKendree Bounds, El Predicador y la Oración [Libro en línea]. Barcelona, España: 2008.p.17.
Josh D. McDowell y Bob Hostetler, Convicciones más que creencias, 3ª ed., Josie de Smith trad., (El Paso, Texas, USA: Editorial Mundo Hispano, 2012), p.15.
L. J. Thompson, Cartas a Carlos: Consejos de un pastor viejo a un novato, (Michigan, USA: editorial Portavoz, 2011) pp. 16-17.
Lucas Leys, Adolescentes: Cómo trabajar con ellos sin morir en intento,(Buenos Aires: Ediciones Lagram Ediciones Certeza Argentina, 1998), pp. 89-90.
Charles Hadson Spurgeon, “Discurso a mis estudiantes” [Libro en línea], 16 ed., El Paso, Texas, USA: 1985. p.16.
John MacArthur, El Ministerio Pastoral: Cómo pastorear Bíblicamente, 2ª ed., Ángel Torres Moreno trad. [John MacArthur, Pastoral Ministry: How to Shephered Biblically, Nashville, Tennessee, Estados Unidos: Thomas Nelson, Inc., 2005], (Nashville, Tennessee, Estados Unidos: Grupo Nelson, 2009), p.138.

Espero haya sido de agrado para ustedes compartir la primera parte de mi trabajo de investigación acerca del Ministerio Pastoral, Un Ministerio Juvenil con propósito.

Con cariño para ustedes, @graceleon