Existen hechos portentosos en la historia escrita de la humanidad, muchos de estos escritos han sido convertidos en leyendas de culturas, ideologías y naciones enteras. Hoy deseo compartirles acerca de un hecho que trascendió entre los Hebreos de la era Mosaica y hasta el día de hoy sigue resonando como uno de los episodios más épicos acontecidos en el mundo.

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    Quien podría imaginar que el imperio más poderoso de la humanidad sería desbaratado frente a una pequeña y frágil nación hebrea que había sido esclavizada por más de 400 años; pues sí mis apreciados lectores, el ejército Egipcio quedó sepultado bajo las aguas del mar rojo junto a sus caballerizas y carruajes ostentosos, el imperio más grande de la época fue avergonzado frente a todo y la historia no se puede esconder.
    A grandes rasgos les cuento el contexto anterior de este magnífico episodio relatado en el libro del Éxodo, en donde se describe históricamente la forma en la cual la Nación Hebrea emprende su difícil exilio de la esclavitud a la que fueron sometidas por los egipcios por muchas generaciones. Los hebreos en la época de José el máximo administrador del imperio, emigraron a Egipto en búsqueda de alimento y una mejor calidad de vida. Pero con los años, el pueblo hebreo pasó a convertirse en una nación esclavizada por los egipcios. Sufrieron muchas penalidades, muertes, al punto de que ya toda esperanza la había perdido puesto que no veían la mejoría sino más bien cada día se sentían más oprimidos. Imagínense el contexto de opresión que podrían haber sentido, un proceso que se tomó 400 años para acabar con toda esperanza de una nación monoteísta.
    Egipto por su parte prosperaba mas que nunca, construían grandes pirámides, ostentosos templos, tenían el mejor ejército de la época, todo era lujo y crecimiento; y pues claro, tenían naciones subyugadas, esclavos que hacían el trabajo a cambio de nada.
    Dios se acordó de su pueblo Hebreo, de las promesas y levantó a un líder, el más grande que ha existido en la historia hebrea, el Gran Moisés. Formado en el seno del Imperio faraónico, exiliado, reformado en el desierto, llamado por el Dios de los Hebreos para cumplir una labor extraordinaria: "LIBERAR A PUEBLO HEBREO DEL YUGO EGIPCIO".

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    10 fueron las plagas que les mandó Dios a los Egipcios para advertirles de que si Faraón no dejaba ir a los Hebreos, entonces Egipto sería severamente castigado. Sin embargo, el corazón de Faraón estaba muy endurecido y no permitía que se tejiera ningún acuerdo de paz entre él y el Dios de los Hebreos.
    Finalmente y contra viento y marea, Moisés guio a toda la nación Hebrea a salir huyendo de Egipto, emprendieron un éxodo con destino a la tierra prometida, aquella en la que fluye leche y miel, a la cual habían dejado atrás hacía mas de 400 años.
    Cuando el pueblo hebreo comenzó a caminar por el desierto un ángel de Dios iba delante de ellos y una columna de fuego les guardaba durante la fría noche y una columna de nube les hacía sombra durante el caluroso y sofocante día.
    Llegó el momento en el cual tenían que cruzar el gran mar rojo, pero no era cualquier cosa, puesto que ellos eran muchísimos, iban cargando a cuestas todas sus pertenencias, un movimiento de vida se estaba gestando y era más que normal que sintieran miedo. En realidad estaban muy atemorizados y cuando hay miedo comienzan las quejas a surgir.
    Una de las cosas que comenzaron a murmurar eran: Vinimos desde Egipto para morir en el desierto por mano del ejército... moriremos de hambre en el desierto, ¿Cómo cruzaremos el mar?.... fueron tantas las quejas de los hebreos, que hicieron abrumar al hombre mas manso del mundo: "Moisés".

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    Sin embargo EL Dios de los hebreos habló a Moisés y le dijo que extendiera su vara frente al mar: Cuando lo hizo, sucedió lo increíble, ¡EL MAR SE ABRIÓ! justo en frente a Moisés, el mar se abrió en dos columnas, las aguas se secaron mágicamente y los hebreos cruzaron el mar rojo en seco. Algo sorprendente, portentoso, inigualable, épico, magnífico, superlativo acababa de suceder, pues nadie podría imaginar que algo así pudiese ocurrir.
    Por otra parte estaba el ejército del faraón con sus grandes carruajes y caballerizas, ellos iban detrás de los Hebreos para impedir su huida y volverlos a subyugar. Cuando el ejército de faraón vieron lo que estaba ocurriendo de las aguas abiertas en forma de dos columnas se atemorizaron y quisieron devolverse, pero ya era demasiado tarde porque en ese instante las aguas envistieron a sus carros y todos ellos quedaron sepultados debajo de las aguas del mar; todo esto sucedió frente a los hebreos que recién acababan de cruzar el mar.

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    El Dios de los Hebreos se llenó de gloria al manifestar un hecho sorprendente, pues en realidad los hebreos eran vulnerables, indefensos, frágiles frente a la mano del faraón. Pero de una cosa si estaba claro Moisés, él le dijo a su pueblo: "ÉL PELEARÁ POR NOSOTROS Y NOSOTROS ESTAREMOS CONFIADOS".

    Existe un Dios Soberano que está peleando por nosotros las batallas más duras y terribles, cualesquiera que sea el grado de la dificultad de tu problema, si de algo debes estar seguro es que existe un Dios, el único y verdadero que está dispuesto para ayudarte a librar las batallas más difíciles y él lo hará por ti si clamas a él con fe. Su Soberanía no tiene límites, es inigualable su poder, no es fábula, no es religión , no es fanatismo; es camino, es verdad, es vida y sólo en él hay esperanza y salvación para un mundo perdido, subyugado, esclavizado, enfermo, torturado. La única y verdadera solución está escondida en el Creador del Universo, capaz de sacarte del lodo cenagoso, de librarte de la peste destructora, de cuidar tu morada y que tus caminos sean bendecidos por su Soberana Voluntad.

    Así como en ÉXODO 14 se libra una batalla épica que trascendió hasta hoy, así mismo el Mismo Dios de los Hebreos desea pelear tus batallas y tu podrás estar confiado si descansa tu fe en él. Hace unos años se consiguieron en las profundidades del mar rojo, ruedas de carruajes y otros hallazgos arqueológicos que datan de aproximadamente 1400 años a. C. ; fecha que coincide con el episodio de cuando el pueblo Hebreo cruzó el mar rojo. ¿Sorprendente, No?... Así obra ayer, hoy y por siempre el Dios de los imposibles.

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@graceleon