Fuimos creados a imagen y semejanza de Dios y como tales tenemos un parecido a nuestro PADRE, Dios creó todo de la nada con tan solo el poder de la palabra, Dios solo iba pronunciando lo que quería crear y se creaba, de allí viene la concepción de ver las palabras poderosas para crear ambientes, tanto positivos como negativos, las palabras no se las lleva el viento como dicen por ahí, ellas tienen poder de crear o destruir, la muerte y la vida están en el poder de la lengua, hay evidencias de las consecuencias que ha traído sobre el ser humano las palabras ofensivas, desalentadoras, y desmotivadoras, gente que anda por ahí con ningún tipo de aliciente por la saturación de palabras inapropiadas que recibieron desde la infancia, mientras que hay mucha gente que quiere ser motivador, mentor y orientador porque saben el poder que tiene unas palabras bien dichas, entienden que las palabras alentadoras, y motivadoras son muy necesarias y productivas.

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Está claro que unas palabras apropiadas pueden traen bendiciones mientras que las negativas pueden ser dañinas. La Biblia dice: “la blanda respuesta quita la ira”, esto es una gran solución cuando se quieren calmar los ánimos, cuando están subidos de tono, una palabra suave puede calmar al más Iracundo.

También dice la biblia que si queremos ver días buenos, regrese su lengua del mal y sus labios de hablar engaño, muy sabio consejo para evitar conflictos, refrenar la lengua, porque es que a veces nos provocar decir un montón de barbaridades que después nos lamentamos por el daño que causo lo que dijimos, y si es una mentira ni se diga todo el daño que puede traer una mentira. Así que amigos, de ahora en adelante vamos a tener cuidado con lo que decimos sino queremos meternos en problemas ni dañar a otros.

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Oí en un programa de televisión a una mujer decir "las palabras son sentencias" refiriéndose a que debemos tener cuidado con lo que decimos porque se cumplen, y eso me dejó pensando sobre el poder que tiene lo que decimos, algunas veces decimos que no haremos algo y terminamos haciéndolo y otras veces hablamos sobre lo que vamos hacer y no logramos nada, pareciera que lo que decimos está ligado a la voluntad de Dios, esto es un misterio, la Biblia dice que cuando vayamos a hacer algo debemos decir si Dios quiere haremos esto o aquello, porque Dios es quien tiene siempre la última palabra, igual sucede cuando decimos que jamás haremos algo y terminamos haciéndolo, bien dice el dicho: "nunca digas de esta agua no beberé" porque terminamos bebiendo.

En estos días hablando con una sobrina ella me decía el dicho "el que escupe para arriba le cae la saliva en la cara" refiriéndose a cuando hablamos criticando a otros y terminamos haciéndolo peor, ella también me decía que cuando hablamos hay un demonio que escribe lo que decimos, que aunque nosotros se nos olvide lo que dijimos el demonio hace realidad la palabra, no sé si será verdad, pero lo que sí es verdad es que hay que tener cuidado con lo que decimos, pues las palabras se cumplen y como decía la mujer del programa, se convierten en sentencia.

Tengo mucho más que decir sobre el poder de las palabras pero será en una próxima oportunidad queridos amigos, nos seguimos conectando.

¡Hasta pronto!