Un Recuerdo Olvidado. Capítulo 01// Novela exclusiva para Writing & Reviews. 📝✏️📒

La mente humana es una máquina impresionantemente. Capaz de lograr cosas inimaginables. Pero también puede ser un instrumento de tortura para muchas personas. Cuando las emociones más íntimas, esas que viven en lo más profundo de nuestro ser, colisionan entre sí, se genera un conflicto interno, el cuál es capaz de ocasionar escenarios irreales dónde sin importar lo que pase, la verdad, inexorablemente, terminará saliendo a la luz.

_{Portada creada con Desygner App.}

Capítulo 1.

El sol entraba de manera ineludible a través de la ventana e iba a dar directamente a la cara de Esteban Storm. Un laureado y reconocido escritor famoso por ser el autor de libros que le ha dado la vuelta al mundo cambiando las vidas de las personas. Esteban abría los ojos acostado en su cama, las sábanas blancas brillaban con un fulgor incesante siendo iluminadas por los rayos del astro rey, su habitación era hermosa, una alcoba de ensueño. Lo mejor de su día era despertar junto a su esposa Melinda y su hija Medinnes de cuatro años. Eran ellas lo primero que veía cada mañana al despertar. Y eso lo hacía infinitamente felíz.

— Las sorprenderé con un exquisito desayuno. — Dijo Esteban en baja voz y se levantó de la cama rumbo a la cocina.

Unos deliciosos huevos estrellados acompañados de unas salchichas fritas y un exquisito batido de fresas serán el desayuno ideal para las mujeres de su vida. Las fresas a la licuadora y listas para ser procesada, el sonido inconfundible de este electrodoméstico cuando está encendido se dejaba escuchar en toda la casa, pero extrañamente las hojillas no se movían, no estaban destrozando las fresas en miles de partículas. Esteban observaba fijamente a su licuadora sin ninguna expresión en su rostro, totalmente inmóvil y calmado. Cerró sus ojos apretándolos fuertemente, al volver a abrirlos, las fresas se encontraban listas para servir. Fue entonces cuando la enorme sonrisa volvió al rostro de Esteban.

Una bandeja de plata en sus manos y con la actitud del mayordomo más servicial del mundo, llevó el desayuno a la cama a sus princesas que aún dormían.

— Despierten dormilonas. Papi les trajo el desayuno a la cama. — Dijo Esteban muy sonriente colocando la bandeja en un costado de la cama.

Extrañamente las chicas continuaban dormidas, completamente quietas y sin moverse, ni siquiera para respirar. Además de estar mucho más frías de lo normal.

— Ya está bueno de bromas. Despierten a comer que se les enfriaran los alimentos. — Dijo Esteban ya un poco preocupado.

Luego de unos minutos ya había perdido la paciencia.

— ¡¡Despierten!!. ¡¡Que Despierten les he ordenado!!. — Gritó Esteban muy molesto perdiendo el control.

— ¡¡Aaaaaaahhh!! — Gritó una vez más Esteban con inquietud pero esta vez sacudiendo fuertemente los cuerpos de su esposa e hija.

— ¡Papá, papá! . . . ¡Estamos despiertas! — Dijo la tierna niña Medinnes junto a su madre mientras ambas yacían peinada y desayunando tranquilamente.

—¡Excelente mis amores . . . Coman . . . Enseguida iremos al centro comercial a comprar algunas cosas! — Dijo Esteban pausadamente algo extrañado por las cosas que estaban pasando.

Saliendo de su casa listos para asistir al centro comercial Esteban estaba lleno de dicha, era tan feliz junto a su familia, para él no existía mejor manera de pasar una mañana que compartiendo con ellas tiempo de calidad.

Él cerraba la puerta de su casa utilizando sus llaves mientras sonreía dichoso, los motivos para estar feliz sobraban. Una extraña sensación recorrió su cuerpo, esa inconfundible impresión de qué alguien lo estaba observando, y efectivamente así era, una joven chica que vivía en la casa de al lado, lo miraba fijamente, algo en su mirada lo incomodaba, ella sólo estaba allí parada sin parpadear. Se notaba bastante impresionada, cómo si algo la estuviera asustando.

— ¡No la miren y caminen rápido! — Dijo Esteban abrazando a su familia para protegerlas y caminando un poco apresurado.

La familia Storms llegaba al centro comercial, Esteban sonreía satisfactoriamente a pesar de su ropa rasgada y sucia. Realizaron sus compras sin ningún contratiempo, tomando de los anaqueles todas las cosas que necesitaban en el hogar.

— Haremos esta pequeña fila aquí familia, será muy rápido y en un momento estaremos pagando — Dijo Esteban a su familia mientras se formaban para pagar en la caja registradora.

Al voltear la mirada, no lo podía creer, esa extraña chica estaba en el centro comercial mirándolo a la distancia con esa misma expresión de extrañes.
Al volver su mirada, su desespero fue aún mayor, al darse cuenta que su familia había desaparecido.