CONCURSO SEMANAL: Historias cortas con un giro || "PARISDEAD" By: Elaigeer1

elaigeer1 (65)Verified ✔️in Writing & Reviews • 3 years ago

Hola, hola usuarios de Steemit y de la comunidad esta preciosa comunidad!
Hoy les presento mi entrada para el concurso Historias cortas con un giro. Sin mas nada que decir, les presento mi historia:

Portada creada por mí en GIMP / Fuente silueta Fuente Torre

PARISDEAD

Las imágenes de aquel suceso, Francia, jamás las olvidaría. Los gritos, la multitud, las balas, el olor a pólvora mezclado con el metálico olor de la sangre.

Semejante atentado orquestado por la mafia y llamado por la prensa amarillista como el “Parisdead”, cobro la vida de un centenar de personas esa noche. Ninguna merecía morir.

Aun lo recuerdo como si fuera ayer…

Era una fría noche de la época dorada de la música, donde todo parecía ser alegría y diversión. Mi chofer, Fred, conducía la lujosa limusina de mi padre por la transitada avenida, seguida de una camioneta que nos custodiaba repletas de guardaespaldas.

Papá, por ser un influyente político nunca escatimaba con la seguridad, menos, si se trataba de mi.

El vehículo derrapo con soberbia sobre el asfalto al detenerse. Mi novio, Evans, se apresuro en abrir la puerta y ayudarme a bajar, regalándome un corto beso cuando quedamos casi a la misma altura por mis tacones.

Tomados de la mano nos ponemos en marcha por la acera, los guardaespaldas siguiéndonos a una distancia prudente. La brisa nocturna azotaba mi rojizo cabello mientras caminaba moviendo la cabeza al ritmo de la canción que sonaba seguida de un sinfín de gritos que escuchamos al entrar al lugar.

La banda magnifica The Police daba un concierto desde la imponente Torre Eiffel. Evans y yo amábamos su música por lo que me asegure de conseguir un par de entradas VIP que nos permitirían hasta un pase a camerinos.

La emoción y euforia de todos los fanáticos se me transmitió al estar más cerca y me permití dar un vistazo ¡Oh por todos los cielos! ¡El lugar estaba repleto! Llegar a la zona VIP fue algo complicado por las personas aglomeradas fuera, una señorita verifico que nuestros tickets y dándonos una mirada respetuosa nos dejo continuar.

Ante los ojos de la ciudad, Evans y yo éramos una perfecta y poderosa pareja.

Nos quedamos de pie. Todos allí lo hacían ya que disfrutaban con todas las ganas del concierto y la buena música, saltando y coreando las canciones como si no hubiera mañana dejándose llevar por aquella experiencia que jamás olvidarían.

— ¡Esto está de locos! —Grita una chica a mi lado en un momento, comentándole a su amiga a la derecha—¡OMG!¡OMG!

Junto a ellas pego un grito como fan alborotada al notar que Sting, el vocalista de la banda ¡Acababa de quitarse la camisa!

Sentí que se me el aire y hasta la vida. Ese hombre sí que me ponía mal. Evans intento cubrirme los ojos para que no viera, siempre solía hacerlo solo que me moví entre risas para evitarlo y enfocarme en lo que sucedía al frente.

Moví mi cuerpo y cante a todo pulmón junto al público, no me importaba estar ronca la mañana siguiente. Salí de casa desafiando las órdenes de mi padre con toda la intensión de disfrutar todo del concierto.

— ¡I loved you since I knew you! ¡I wouldn't talk down to you! —Canta a todo pulmón, o mejor dicho, intenta cantar.

No se le daba bien, pero últimamente Roxanne se convertía en su canción favorita, no por toda su letra sino específicamente por esa parte de “Te ame desde que te conocí, no te hablaría mal” El siempre le dio su propio significado.

La noche apenas era joven. Aun quedaban canciones, la euforia apenas crecía y los gritos extasiados de la multitud también. Nadie contaba con la tragedia que ocurriría después.

La explosión derrumbó a los que estábamos más cerca de la tarima. Mi cuerpo y mis sentidos fallaron con el fuerte impacto y ese contante pitido parecía incrementar un punzante dolor de cabeza. Me removí incomoda e imágenes inconexa fueron tomando forma al alzar un poco la cabeza.

Muchos permanecían igual de confusos que yo en el suelo, otros corrían pues más estruendos resonaban a los lejos, creí ver una persona arrodillada al lado de otra, inspeccionando una herida sangrante en la parte de atrás de su cabeza. El humo comenzaba a inundar el lugar y pese a eso, alcance ver como mi novio se levantaba y con esfuerzo caminaba hacia algún lugar.

— ¡Amor ¿A dónde vas?!¡Evans! —Grito. En realidad no tengo ni idea de si se escucho o no, solo que se me ignoro exitosamente. ¿Por qué?

Con dificultad yo también me pongo de pie. Personas lloraban junto a otras y fueron suficientes algunos pasos para ver a mis guardaespaldas muertos.

Quienes debían velar por mi seguridad fueron asesinados con una bala en la frente. Me tape la boca reprimiendo un grito y algunas lagrimas no fallaron. Sus ojos aun estaban abiertos con el terror plasmado en ellos y debajo de sus cabezas empezaba a formarse un charquito de sangre.

Gire sobre mi propio eje dándome cuenta que entre mis guardaespaldas y otras personas se formaba una especie de círculo de cadáveres y yo, era el centro del mismos.

Unos fuertes disparos resonaron bastante cerca obligándome a agacharme pero intentando mirar de donde provenían. El corazón me latió con fuerza dentro de mi caja torácica y temblé del miedo escuchando los disparos aun más cerca.

Estaba sin protección, Evan se había largado, eso parecía una matanza y ese ambiente helado parecía sacado de las películas de terror. Mi piel se erizo al sentir unos pasos detrás de mí y seguidamente una mano forma una coleta con mi cabello halándome con brusquedad hacia arriba.

— ¡ARGHH!

Un alarido de dolor salió de mi garganta forcejee como reacción natural de supervivencia. Lo único que conseguí fue que el cañón de un arma amenazara con brutalidad en mi frente.

— Un gusto volver a verte, Fiorella—Susurra en mi oído.

Esa voz gruesa y pausada la conocía bastante bien, por un segundo me olvide de cómo respirar. Trague grueso, pensando exactamente qué decir, tal vez si les decía que mi padre podía pagar….

— Señores—Finjo tranquilidad. Hombres armados con rostros cubiertos comenzaban a acercarse. Algunos pisaron a los fallecidos como si no estuvieran ahí— Señor Albert.

— No quieras pasarte de lista, tampoco te atrevas a ofrécernos dinero—Jala mas mi cabello robándome un gemido de dolor—Eso lo tenemos de sobra.

Entendí claramente el mensaje y a trompicones, el mafioso mas buscando de toda Francia me obligo a caminar. Ni él ni sus hombres dejaban de lucir alertas ante mi presencia.

Lo que antes estuvo repleto de personas felices disfrutando de un concierto, ahora solo parecía un cementerio con cuerpos tirados por doquier, víctimas de las balas perdidas cuando seguro intentaban ponerse a salvo. Era algo tan traumatizante y horrible de ver que lagrimas bajaron de mis mejillas y sentí mi labio inferior temblar.

— Oh no, de nada te vale llorar.

Baje la mirada. Debí hacerle caso a papá, no debí salir de la casa esa noche. Seguro ahora tendría que lidiar con mi posible secuestro y la muerte de sus hombres de confianza.

Nos detuvimos en un espacio abierto bastante alejado, pero que permitía ver a la perfección el desastre ocasionado por ellos. Sirenas sonaban con afán desde algún punto de la ciudad.

En esa situación solo repetía un “Por qué” ¿Por qué una explosión? ¿Por qué todas esas personas? ¿Por qué me tomaban solo a mí?

Esa última pregunta hizo que mi mente encajara las pequeñas piezas dentro de todo el caos. Ese atentado, fue solo una fachada. Ese atentado fue dirigido solo para mí.

— ¿Qué es lo que quieren? ¿Ah?¡Díganme! —Exijo forcejeando como estúpida contra Albert, quien paso a presionar el arma en mi cuello.

— ¿En realidad quieres saberlo? —Susurra en mi oído—Te queríamos a ti y por fin lo logramos.

— Mi padre va a pagar lo que pidan por mí, solo contáctenlo y-.

— Ya te dije que no queremos eso—Interrumpe—Mi interés va mas allá de eso. Quiero que tu papi entienda que deberle dinero a la mafia no le conviene para nada.

— ¿Deberle? Mi padre jamás les debería nada a ustedes ¡Es un hombre integro! —Grito en su defensa. Yo no aceptaría esas blasfemias sobre él.

La malévola carcajada de Albert puso todos mis pelos de punta ¡Era horrible!

— Se nota que no lo conoces en lo mas mínimo, pero afortunadamente yo estoy aquí para contarte lo que necesitas saber. Tu padre hace muchos años nos ofreció protección a cambio de una ¿Cómo le dicen ustedes?...Ah sí, comisión. Luego, su situación económica se vio bastante apretada y no le quedo más remedio que pedirme una alta suma de dinero, de la cual, aun estoy esperando el pago.

— No le creo nada.

Me negaba rotundamente, aunque su relato no sonara descabellado. Si hubo una época en que económicamente la pasamos mal, luego, casi de un día para otro todo mejoro. ¿Cómo? Mamá y yo nunca lo supimos.

Tal vez la respuesta ya estaba bastante clara.

— Entonces ¿Me están secuestrando a mí para obligarlo a pagar?

— ¿Qué? Pff. Me ofendes, Fiorella. Eso es muy básico hasta para el más principiante criminal. — Envuelve algunos mechones de cabello con su arma.

— ¿Me van a matar?

— Yo no lo haré.

— Pero yo sí.

Albert me gira y luego se aparta, de forma en que quede frente a frente con esa persona que acababa de aparecer . Quedo perpleja, sin capacidad de pronunciar nada. Su rostro, su altura, su cabello. La mirada que portaba y el arma con que me apuntaba.

En pocos segundos lo entendí. Entendí su insistencia por venir, porque desde un principio la idea fue suya. Era cómplice, y por eso luego de la explosión desapareció.

Frente a mí, estaba la traición en persona.

— Evans.

— Amor. —Sonríe. — ¿Por qué esa carita? ¿No te gusto lo que hice para ti?

Señala el desastre a la lejanía con un morbo que me causo repudio hacia su persona.

— ¿Por qué me haces esto? ¿Donde quedo la promesa de protegerme por siempre?

— Lo que tienes de bonita lo tienes de estúpida, amor. —Se mofa—Así como mi suegrito, yo también se mentir perfectamente bien. Nunca te ame, solo fingí anhelando que este momento por fin llegara.

Sentí un fuerte nudo en mi garganta pero no me permití soltar ni una lagrima, no por ese traidor que fingió amarme por sobre todas las cosas soltando palabras bonitas a cada segundo.

— Me conociste como el hombre de tu vida —Anuncia increíblemente maravillado—Ahora me presento ¡soy la jodida parca!

Disparó.

Disparó tres veces.

No sentí dolor. No supe donde en ese momento donde impacto cada una. En mi solo habitaba la cruel y ruda decepción, misma que me hizo mirarle a los ojos hasta que todo para mi, se volvió negro.

Pero si el me mató¿como fue que sobreviví? ¿Realmente lo hice?