Siempre se habla de la historia de amor entre la luna y el sol, pero mi abuela se dió el tiempo en sentarme en su regazo para compartir conmigo un encuentro fugaz entre ellos. Durante un atardecer en los tiempos antiguos el sol se iba a retirar a sus apocentos cuando llegó una luna radiante dispuesta a impactar al sol cuando esté se guardaba y fue necesario un solo un solo instante para que este rey se rindiera ante la belleza sublime y desde ese instante lucho cada segundo por lograr al menos robarle un beso.

El sol cada día buscaba la manera de expresar su amor, aunque distante dejaba señales para hacerle sentir que tanto la amaba desde un reflejo en el agua, una rosa radiante, un susurro en la brisa, un rocío estremecedor, fue así como creció y creció este amor.

La luna por otro lado no se mostraba indiferente, se sentía en el aire como iba creciendo tal sentimiento a través de los detalles de amor, respondiendo cada gesto para alimentar una locura imposible, pero nunca pensaron en un después, solo vivieron el hoy.

Una noche oscura, llena de truenos y relampagos, el frío llenaba el firmamento y no se podía ver más nada más que la oscuridad, mi luna nunca se asomo ese día y era quedé estaba enferma de amor, la tristeza llenaba su alma y solo pensaba en que nunca consolidara su amor con el sol, por eso pidió un deseo y una estrella fugaz la concedió.

Pero que pediste señora luna, teniendo solo una oportunidad, imagino que riquezas, hermosuras y simplemente valor y ella se sonrojo, murmurando entre los dientes dijo solo pido un beso del sol, un encuentro fugaz que permitiera sellar nuestro amor.

Parecía imposible que ese deseo fuese a cumplirse pero durante un rojo atardecer pudo el sol y luna encontrarse y eso beso estremeció el lugar, un eclipse de amor se logró solo para consolidar lo que por tanto tiempo anhelaron esos astros aunque lejos estén la luna y sol, en un momento de unión se pudieron abrazar, en ese instante prometieron que nunca se olvidarian y que se complementarían el uno al otro.

Cada atardecer el sol espera ansioso despedirse de su amor cortejando con piropos la hermosura de su amante que irradia un brillo a la luz de la noche tan solo para esperar como en una amanecer ella la ve despertar.

Mi abuela me contó que fuera testigo de ese amor, que detallará que aún entre luna y sol existen esos encuentros que adornan nuestros días solo para mostrar que esta historia no tendrá un final porque están siempre a la espera de otro eclipse, para poderse abrazar y sentir como el tiempo no destruye el amor cuando está llenos de detalles.

Así me lo contó mi abuela, con el tiempo lo olvide, y nunca estime sus palabras, pero un día presencie un eclipse y recordé cada parte de esta historia, entendía que aún en el tiempo existía la oportunidad de romper con todo lo imposible solo para seguir demostrando como se amaban.

Todas las fotos y dibujos son propios y fueron digitalizados por mi teléfono Tecno Camón 17 y utilizando una aplicación llamada Canva, además programe el pago de 10% para mi amada comunidad

@crisch23