La filosofía materialista

Los mares de la filosofía guardan mucho paradigma del conocimiento, lo racional y nuestro interno, el intelecto, pero muchas corrientes filosóficas chocan o tra se enlazan, otra crea su conflicto, pero todas estas corrientes nos muestran que cada uno de nosotros como personas manejamos nuestra verdad y por eso la justicia es ciega.

Cuál es la esencia de la filosofía materialista, se basa como parte de una corriente, donde sostiene que rompe las ideas innatas propuestas por Descartes, la esencia de esta corriente es que radica en la existencia de las cosas como nuestra realidad es objetiva, dando origen a que nuestras ideas son una representación de causa y efecto del resultado de la acción de estas cosas sobre nuestros órganos sensoriales, es por ello que se aleja de la realidad de una idea es innata, uno de los pensadores filosóficos de esta corriente es John Locke (1632-1704).

Por otro lado, también más allá de los materialistas, dentro de esta corriente filosófica tiene atributos como el empirista planteando o argumentando problemas filosóficos que surgen de su análisis del lenguaje, alejándose de la metafísica, pero el lado bueno de su lado positivo, donde adoptan una actitud positiva hacia el conocimiento científico, se trabaja en la búsqueda de esa esencia del origen y composición de nuestras ideas, además de que el conocimiento tiene una experiencia interna y externa, la base de todo se refugia en el carácter empírico sensorial del conocimiento humano con un universo no conquistado en los diferentes saberes a cielo abierto.

Esta filosofía rompe muchos paradigmas sobre la concepción del conocimiento, se busca la esencia de la idea más que un misterio, se resume todo lo que reconoce lo conceptual de la existencia objetiva de las cosas, ya que para este caso se considera que las ideas, que a su vez son el resultado de la acción de nuestros órganos de los sentidos, causa y efecto algo nos da a entender que predomina esta forma de pensar.

Finalmente, siguiendo con esta corriente filosófica, se considera que la actividad del alma es la experiencia de la reflexión, algo divino en nuestro ser.