CONCURSO SEMANAL: Historias cortas con un giro. "Encuentros en el andèn"

cbuendia (56)in Writing & Reviews • 3 years ago (edited)

Bienvenidos amigos, hoy estamos atendiendo al reto creativo propuesto por @writingnreviews y apoyado por nuestros motivadores @belenguerra y @fendit.
Nuestra historia corta de hoy incluye las siguientes condiciones: Estaciòn de tren, dinosaurio y anciana con amnesia.

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"Encuentros en el andèn"

Por mas que me apresurè lleguè tarde a la vieja estaciòn del pueblo. Tenìa que tomar el tren de las dos de la tarde y lo perdì. Me entretuve mucho despidiendome de mis viejas amigas, que me obligaron a almorzar antes de partir, pero es entendible, no querían que me fuera tan pronto tenìamos años sin vernos y era la primera vez que volvìa a mi pueblo después de cinco años de ausencia. Tenìa un buen trabajo en la ciudad y me tomè unos dìas para reencontrarme con Amelia y Sofía mis mejores amigas de la adolescencia.

Bueno, tenìa que esperar el último tren que saldrìa a las cinco, eran dos horas de viaje en tren. Como ya habìa comido en casa de Amelia, decidì mirar un poco algunas tienditas de la estaciòn y recordé que tenìan una jugueterìa donde podrìa comprarle algo a mi sobrino Josué que era el más pequeño de mi hermana y era fanàtico de los dinosaurios. Preguntè a la empleada si no tendrìa alguno de goma que pudiera llevarle.

Por suerte consiguiò uno que me gustò y decidì comprarselo, se pondrìa muy contento, asì que cargue con mi juguete y una revista que tomè a ùltimo momento para no fastidiarme.

Salì al andèn a esperar con mi mayor paciencia y me di cuenta que no habìa nadie con excepciòn de una señora anciana de pelo blanco que esperaba sentada, muy erguida y con la vista fija en las vìas del tren. Al principio pensé que también esperaba el pròximo tren como yo. Pero algo en ella me pareció extraño, no tenìa equipaje. Le pregunté a uno de los guardavías si sabìa quien era ella.

Me dijo:
-Es Amanda, naciò en este pueblo y trabajò muchos años como vendedora de boletos en esta estaciòn. Se acostumbro al ir y venir de la gente. Vive sola, sus hijos se fueron lejos, casi nunca vienen, solo en Navidad, tiene nietos que no conoce, pero ella no se acuerda de nada, perdiò la memoria hace tiempo, entre todos los que la conocemos la cuidamos.
-Y ¿a quièn espera entonces? le preguntè
-La gente que viaja todo el tiempo la conoce y la saluda, ha visto crecer a muchos pasajeros y a sus hijos, algunos le traen recuerdos y golosinas de sus viajes. Por eso los despide y los espera, solo a ellos reconoce, son como su familia.
Me sentè al lado de la anciana y converse con ella hasta que se hicieron las cinco, me despedì de ella, no sin antes pedirle su nùmero telefònico, me propuse firmemente llamarla a menudo y le prometì visitarla cuando volviera, que serìa dentro de dos meses.
Ella sonrió y dijo que esperar era parte de su vida.

¡Gracias por leer!