En una lánguida tarde con la puesta del sol dos damas caminantes Anna y Marie a orillas de la playa, con cada paso van marcando un sendero sobre la fina arena que el bramar de las olas y el agua dejada por las olas besando la playa, las huellas van siendo borradas y ellas ensimismadas en sus platica, ambas están enfrentadas,

Con vestidos de encaje ceñidos no apropiado para el momento adecuado en este lugar, pero eso para el instante no es importante como lo que ellas necesitan conversar, de manera confidencial respecto a la circunstancia preocupante que les acontece para dar una solución.

Es un embarazo inusitado no esperado de una relación que ya culmino y antes de conocer la existencia de una vida formándose y con el tiempo comenzara a crecer, ambas hablan y razonan buscando una buena manera para que el futuro bebe pudiese nacer, pero antes que nada, ubicar para así, informar y dar la noticia al futuro padre que nada sabe.

De tal manera que incontables son las huellas que se pierden en la arena a lo lejos El mar y el cielo comienzan a bañarse en esos momentos, con tonos oscuros iridiscentes, donde el brillo y destellos el sol ya están al final de su habitual puesta dejando en el horizonte una cinta luminosa donde el mar se riza en forma ondulante, línea trazada con entorno sosegado para meditar y reflexionar y donde ambas damas Marie y Ana y se alejan tranquilamente aun en plena conversación confidente y como testigo la armonía serena que irradia la naturaleza.

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