Cuento Infantil: El conejito astuto / por @yolvijrm

Un caluroso saludo a todos mis amigos de #venezolanossteem; emocionado de poder compartir con todos ustedes a través de esta plataforma. En esta oportunidad a través de este gran reto, propuesto por la amiga @marcybetancourt , el cual se trata de escribir un cuento para niños que puedan disfrutar grandes y chicos.

Muffin, tenía su linda casita a la orilla del camino; éste era un conejito blanco como un copo de nieve, que disfrutaba salir a tomar el sol junto al pequeño pozo que estaba en las cercanías de su casita; solía sentarse sobre el brocal del pozo y allí estiraba las orejitas, y las patitas, lleno de satisfacción.

Qué bien se vivía en aquel pequeño lugar, donde nadie iba a perturbar la paz que disfrutaba Muffin!

Pero un día apareció el Zorrillo ladrón, que venía directo al pozo; al verlo Muffin se llenó de miedo y comenzó a temblar, y decidió echar a correr y encerrarse en su casita antes de que llegara el enemigo: pero no le quedaba tiempo! Necesitaba inventar algún ardid para engañar al Zorrillo, pues, de lo contrario, lo pasaría mal.

Muffin sabía que el Zorrillo, si no encontraba dinero que quitar a sus víctimas, las castigaba proporcionándoles una paliza; ya para entonces llegaba a su lado el Zorrillo ladrón y le apuntaba con su espantoso trabuco, ordenándole:

Ponga las manos arriba señor conejo, y suelte ahora mismo la bolsa, si no quiere recibir un par de golpes en las costillas con un bastón de nudos.

Ay, qué disgusto tengo, querido Zorrillo! -se lamentó Muffin, haciendo como que no había oído las amenazas del ladrón- Ay, mi jarrón de plata…!

¿De plata…?¿Qué dices? -respondió el Zorrillo.

Sí amigo Zorrillo, de plata. Un jarrón de plata maciza, que vale mucho dinero; me lo heredó mi abuela, y ya ves! Con mi jarrón era rico; pero ahora soy más pobre que las ratas. Se me ha caído al pozo y no puedo recuperarlo!

¿Estás seguro de que es de plata? ¿De plata maciza? -preguntó el Zorrillo lleno de codicia.

¡Pesaba como quince kilos! afirmó Muffin; quince kilos de plata que están en el fondo del pozo y de dónde ya no lo podré sacar.

Pues mi querido amigo -exclamó alegremente el Zorrillo, que había tomado ya una decisión-, ese hermoso jarrón de plata va a ser para mí.

El Zorrillo, además de ser ladrón, era muy tonto y empezó a despojarse sus vestidos para estar más liviano y libre de movimientos; y todo lo dejó depositado sobre el brocal del pozo.

Voy a buscar el jarrón- le dijo al conejito.

Y metiéndose muy decidido en el balde que, atado con una cuerda, era usado para sacar agua del pozo, se dejó caer por el agujero. Poco después llegaba hasta el agua, y una voz subió hasta Muffin:

Conejito, ya he llegado. Vamos a ver dónde está ese tesoro. ¿Te acuerdas hacia qué lado se ha caído?

Mira por la izquierda -respondió Muffin, conteniendo la risa.

Ya estoy mirando pero no veo nada por aquí.

Mira entonces por la derecha, dijo el conejito, asomando por la boca del pozo y riendo más y más.

Miro y remiro, pero no encuentro nada. ¿De que te ríes? -preguntó el Zorrillo.

Me río de ti, tonto ladrón, y de lo difícil que te va a ser salir de ahí. Éste será el castigo de tu codicia y maldad, puesto que no hay ningún jarrón de plata, ni siquiera de hojalata. Querías robarme; pero el robado vas a ser tú, porque me llevo tu ropa y el trabuco con el que atemorizabas a todos; viniste por lana, pero has resultado trasquilado. Y, de esta suerte, el conejito astuto dejó castigado al Zorrillo ladrón, por su codicia y maldad.

La codicia, nos lleva a querer todo para uno mismo; alguien que siempre querrá tener más de lo necesario o merecido, sobre todo cuando se trata de dinero, riqueza, alimentos u otro tipo de posesiones; mientras más codicioso seamos más nos estaremos auto-destruyendo. Llenar el vacío interior con cosas materiales sólo agravará el problema y hará que nos sintamos peor con uno mismo y con el mundo que nos rodea.

No importa todo lo que compres o todos los bienes que adquiera, porque si bien puede sentir cierto alivio momentáneo, será algo temporal; el sufrimiento y el vacío emocional volverán a aparecer.