Así estuve durante un año hasta que él se fue de viaje con su mamá; yo estaba un poco triste, pero no era gran cosa, cuando regresaron de ese viaje era el día de la virgen del valle y en mi casa como de costumbre se realizó una pequeña fiesta; yo estaba saliendo de mi cuarto y caminando hacia el porche cuando me di cuenta de que él estaba sentado afuera de mi casa, yo me quería como morir y no pensé en más nada que estar presentable. Ese mismo día estaban allí unos amigos míos y comenzamos a jugar el tocado como siempre, pero esta vez fue diferente, porque él estaba jugando con nosotros; yo pensaba que estaba en un sueño del cual no quería despertar, llegó la hora de irme a dormir y me acosté pensando en él, me quedé dormida como a las 2 de la madrugada pensándolo y cómo sería de feliz si mis sentimientos fueran correspondidos; estaba cansada de tanto imaginar y me quedé dormida y de ñapa soñé con él.

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En mi mente él era un príncipe que llegaba a buscarme en un caballo blanco, de hermosa cabellera y larga cola, yo era una princesa muy parecida a Rapunzel que lo esperaba en una torre de piedra, nos casábamos y éramos felices para siempre, lo malo es que yo misma sabía que no era real, pero igual estaba feliz con mi imaginación de niña.

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