El Tesoro al final del Arcoíris

Desde niño escuché una historia mágica la cual afirmaba que cuando se observa un arcoíris en el cielo, al final del mismo se encontraba un tesoro. En mi etapa de niñez siempre me pregunté si esa historia seria cierta. También durante mis lecturas he conseguido que en muchos lugares del mundo se usa como símbolo de buena suerte, de la unión entre el cielo y la tierra, e incluso que Dios usó el arcoíris como una simbología de advertencia hacia los seres humanos de que no hicieran maldad, Dios estableció su pacto con el hombre usando el arcoíris, dicho pacto consistía en que nunca más destruiría la humanidad con un diluvio.

Por otra parte, aunque en nuestros estudios hemos aprendido que el arcoíris es un fenómeno meteorológico que se presenta en forma de arco multicolor, el cual se da por la refracción de la luz del sol en las gotas de lluvia que se encuentran suspendidas en la atmósfera, si reflexionamos un poco y llevamos esto de la leyenda a nuestro diario vivir, podemos imaginar que el arcoíris es un espectáculo maravilloso que nos puede llevar a pensar en cosas buenas que nos mantengan motivados.

Podemos pensar que sus tonos en degradado en rojo hacia el naranja pueden ser aquellos momentos en que estamos alertas, que obramos con energía, valentía, amor, pasión, entusiasmo y creatividad. El color amarillo, serian todas las alegrías, satisfacciones, logros y momentos de felicidad que hemos vivido. Los degradados en verde hasta llegar al azul serian todos esos momentos de integridad, confianza, buena comunicación, estabilidad, salud, paz y armonía.

Por último, podemos decir que el tesoro al final del arcoíris serian nuestra familia, nuestros hijos, pareja, madre, padre, hermanos y amigos. Nuestros trabajos, casa u hogar y todas esas cosas a las cuales podemos entregar nuestro amor, cualidades, habilidades y conocimientos. En fin, todo aquello que nos hace únicos y especiales.