Los cafetos, nombre que reciben los árboles de café, son originarios de Etiopía, aunque fueron los árabes quienes se encargaron de procesarla y cultivarla, guardando así el secreto por cientos de años.

El café, esa dulce y energizante bebida que tomamos para despertarnos bien temprano y consumimos durante el día, se obtiene de tostar y moler las semillas del fruto de los cafetos, arbusto tropical cuyos cultivos en américa latina se extienden desde Perú hasta México, donde los países más tropicales como Venezuela y Colombia han logrado desarrollar los mejores cultivos de ésta especie o género de nombre Coffea.

En el año 1730 (aproximadamente) se siembra la primera plantación de Cafetos en el río Caroní, por los monjes misioneros, luego pasó a los valles de chacao y se extiende entre caracas y los teques. Luego se expande por el resto del país, teniendo una altísima aceptación por su rápido apego a la tierra, fácil plantación y cuidados

Para el año 1830, el café sustituye al cacao Venezolano como principal producto de exportación, trayendo grandes cambios socioeconómicos para la región. Se instalan casas comerciales entre los españoles, ingleses y alemanes, quienes dominan las exportaciones de café hasta finales del siglo XIX

A pesar de que en los primeros años del siglo XX en Venezuela, el auge petrolero cobraba mucha fuerza, Venezuela llego a estar en el top 5 de los mejores productores y exportadores de café a nivel mundial, con una sumatoria de aproximadamente 250.000 hectáreas de cafetos.

En la actualidad, el estado Portuguesa, en la región de Biscucuy, cuenta con las mejores plantaciones de cafetos, en dicha región, en el año 2012 se celebró el Forum Internacional del Café, con la presencia de expertos internacionales que luego de evaluar el producto nacional lo certificaron con un 85% de pureza (el más alto estándar de calidad) llevando a los productores a obtener un sello propio de calidad y el reconocimiento mundial sobre la calidad del producto.

El Pueblo de Biscucuy se encuentra en las faldas de las sierra de Portuguesa, se cultiva entre los 900 y los 1200 msnm, y es su ubicación, el clima y la composición de la tierra las que le han dado a este café arábigo la calidad que posee.

Al momento de la cosecha, se recoge el grano 100 % maduro, se lava durante 4 horas y luego se deja secar al sol por entre 3 y 4 días, para finalmente almacenarlos en sacos de sisal por unas 8 a 10 semanas, con un nivel muy bajo de humedad, el cual no supera el 15%.

Consideré interesante hacer una pequeña reseña histórica de nuestro café, espero les haya nutrido mucho y sobre todo, se sientan orgullosos de nuestro producto nacional.

Les brindo una sabrosa taza de café a todos en el grupo. Salud!