Taller de poesía Gaya Ciencia. Sesión N°3 (2da. Temporada): Juan Carpintero

in Venezolanos Steem3 years ago (edited)



Llego tarde, lo sé. Pero mejor es tarde que nunca.



Escribir este poema ha sido todo un verdadero reto, tanto así que llego tarde para entregarlo. Han sido muchas las dificultades. La primera fue encontrar un héroe para mi romance. Pero al mismo tiempo tenía que tener una historia que contar. No se imaginan cuantas veces he escuchado y leído el poema de Florentino y el Diablo. Después de tiempo de lectura, de investigar, de escudriñar, de rascarme la cabeza y revolcarme en mis pensamientos, el problema fue la rima. La bendita rima. Intenté y en mi primer intento no me cuadraba la rima por ningún lado. Estaba comenzando a desesperarme, pero para rebosar mi vaso me di cuenta que estaba sobrepasado de sílabas métricas. ¡Vaya desastre! A contar se ha dicho. En medio de mi desesperación, resolví comenzando de cero. Me tomé dos días de descanso. Me enfrenté a mi mismo, y volví a comenzar. Las cosas comenzaron a surgir mejor, ya no tenía tantos problemas con la rima ni con las sílabas. Nada que no se pudiera resolver en una corrección. Fue difícil mantener el ritmo. En muchos de los versos siento que la rima es forzada y que todavía tengo que pulir más algunas cosas. Y en muchos otros momentos la rima fluía con tranquilidad. Hasta algunas partes puedo cantarlas. Siento que la rimas deben cambiar. Así que hay una tención allí que no puedo terminar de resolver por los momentos. Y considero que el poema tampoco esta del todo completo. Sobre todo para poder pensar como agregar al zamuro que entre la lucha que tenía se me escapaba, pero lo tuve en mente. Así que declaro este poema totalmente inconcluso. Espero que pronto pueda hacer una publicación con el poema completo y declamado. No prometo nada, porque de seguro lo engavetaré unos meses, para luego volverlo a retomar. Además, sabrá Dios cuándo lo pueda terminar. Sin más nada que agregar, aquí se los presento:





Fuente





Suenas doce campanadas


En la iglesia Santa Inés,


Se levanta la marea


Contra la costa otra vez,


Como el día que paito


No pudo más nunca volver.


Maita se persigna y reza:


Dios traiga a mi hijo con bien


¡Ay, Virgencita del Valle!


Se lo encomiendo a usté.



Mientras tanto, en la mar, estaba Juan en el peñero de paito, tratado de regresar de la otra costa, cuando nubes grises se pusieron sobre él. La mar se embravecía cada vez más y el cielo perdía sus estrellas. Juan vio un peñero barao a lo lejos entre las grandes olas que se estaban formando. Apuro el paso para ayudarlo. Al acercarse se dio cuenta que el hombre estaba calmado como pájaro baso la sombra de un árbol. Fue una sorpresa par Juan cuando su peñero se comenzó a hundir. El viento estaba en su contra, y al intentar darle una vuelta al peñero del viejo, Juan cayó al mar. Pidió ayuda al hombre que amablemente le lazó un salvavidas. Sentándose a respirar la tormenta se va, y comienza el viejo a silbar. Enciende el motor y echa el peñero a andar. Juan sorprendido pregunta:



¿No estaba usté barao


en esta inmensidad del mar?


¿Cómo es que la tormenta


Ha parado? ¿Pa’ dónde va?


¿No conozco estas estrellas?


¿Seguro sabe navegá?



Hombre


Compai, no se preocupe


Yo sé muy bien navegá.


Fue de suerte estar allí,


Sino quien lo iba a rescatá.


Piense que a casa va.



Juan


En casa pienso, en Maita,


Que allá a de está,


Rezando a la virgencita


Para que me libre del mal.


Por eso me doy cuenta


Que no vamos pal mismo lugar.


Las estrellas no son las misma


Mucho menos el mismo mar.


Hay un oscuro en el agua


Que yo no he visto jamás,


Y una brisa y seca


Que casi no me deja hablar.



Hombre


No diga tontería, compai,


Por aquí acaba usté de padá,


Solo que el mar picao


Es distinto en tempestá.


Las estrellas se le moverían


Porque ahí mismo están.


Yo no las he quitao


Tampoco las puedo apagá.



Juan


No insista con su engaño,


Usté me lleva a otro lugar.


Conozco bien las estrellas


Así como también el mar.


He pasado otras tormentas


No se quiera, de mí, burlá.


Desde niño montao en un peñero


He salido bastante a pesca.


Así que mejor dígame


¿Dónde me lleva, dónde va?


¿Cuál es su nombre?


A usté no lo he visto jamás,


Conozco a todos en la cosa,


sin duda, usté no es de este lugar.


No me de muchas vueltas,


Dígame la verdad.



Hombre


¿Toda la verdad quieres?


No creo la puedas soportar.


Además, no me toca a mí


Decirte a dónde irás.


Pero si tanto quieres respuestas,


Respuestas te voy a dar.


Mi nombre es legendario


Caronte me solían llamar.


Esta noche nos dirigimos


Al inframundo, juicio final.


No conoces estas estrellas,


Yo soy el único que navega este mar.


Si estás aquí y ahora


Es que te mandaron a buscar,


Hijo de José Carpintero


De la costa de Cumaná.


No quieras saltar al agua,


De esta no te vas a escapar.


Sin importar lo que hagas


Ni cuan bien sepas nadar.



Juan


¿De esta no voy a escapar?


Usté no me conoce,


Si me veo agitado


No es miedo el que me come


Ni ningún sentimiento


Que por mi cuerpo brote.


Es que quiero decirle,


Yo no soy hijo de Jose


Menos del carpintero.


Por padre, Jesús Torre,


Mi madre, Inés Campo.


Yo nací por el monte.



Caronte


Yo nunca me equivoco,


No importa si se esconde,


Al que le toca le toca


Sin importar su nombre.


No me engañas pescaito,


Al llegar en la fila ponte.


De José eres hijo,


Aunque te crió otro hombre.



Juan


Usté está equivocado,


mi buen compai Caronte,


Maita, no me ha mintió.


Te pregunto y responde:


¿Quién te ha dicho ese cuento


Y te ha señalado dónde


Me tenías que encontrá?


No creo que fuera Dios,


Él no corrompe con orden.



Catonte


No insista más, compai Juan,


No venga con su desorden,


Aquí nadie dice nada,


Nos lo comunica el orbe.



Juan


Compai, no diga mentiras


Que Dios no es igual al hombre,


Él, equivocarse nunca.


Es mejor que pare el bote.


Hablemos primero, ¿sí?,


Sino lo espera reproche.


Seguro no le ha pasado


Que lo califiquen de toche,


perder todo su respeto,


y nadie que por usté ore.



Caronte


Me está haciendo molestar,


Si voy a detener el bote


no es por darle la razón,


es para darle un cocote


y seguir con el camino


que va tarde a su final.



Juan


Me quieres cambiá la rima


Pa’ ver si dejo de hablá.


No se me apure mucho


Que me vienen a buscá


La virgencita con Maita,


Usté no me quiso escuhá,


Le dije que no me toca.


Sufrirá como un mortal.










Fuente



Estoy enormemente agradecirdo con @solperez y @marcybetancourt por mantener el espacio abierto de #VenezolanosSteem para todos nosotros. Están haciendo una gran labor.









Coin Marketplace

STEEM 0.19
TRX 0.15
JST 0.029
BTC 63316.74
ETH 2581.53
USDT 1.00
SBD 2.79