Venezuela Concurso/ Semana 13/ Cartas a la madre. GRACIAS POR TU ALEGRÍA MAMÁ by @soyliliena

      Hola queridos amigos steemians. Un saludo especial a @solperez quien siempre está activa y esta vez nos ha brindado la oportunidad de ser parte de este emotivo concurso del Día de las Madres. Aprovecho y les dejo por acá el enlace para que se animen y participen: https://steemit.com/hive-108800/@solperez/venezuela-concurso-semana-13-cartas-a-la-madre.

      Carta a mi madre. Gracias por tu alegría.

      Hola mamá. Hoy me he decidido a escribirte estas cortas líneas para decirte ¡te amo!! Jajaja, sé que te lo digo casi todos los días cuando voy a visitarte a tu casa o vienes a la mía. Pero, la vida me ha enseñado que en el amor es mejor pecar por exceso que por silente. Esa también, ha sido una de las lecciones que me has enseñado con tu ejemplo. Siempre has estado allí para mí. No recuerdo un solo espacio importante en el que tú no hayas estado a mi lado. De niña me preguntaba cómo hacías para lidiar con tantas cosas a la vez. La vida no fue fácil para ti y, sin embargo, jamás te vi flaquear, no te escuché quejarte de nada y las veces en que te vi llorar, luego lo transformabas en una sonrisa. Yo era una niña y hoy entiendo que tuviste un coraje gigante para protegerme de los dolores de la existencia. Dolores que llegan tarde o temprano, es cierto, pero que tú alejaste lo más que pudiste, especialmente durante mi infancia.

      Creo que hacías magia, esa magia que solo se hace cuando eres mamá. Miro atrás y no siento escases, a pesar de que no fuimos una familia de grandes recursos económicos. Veo en retrospectiva mis años de infancia y adolescencia y no me faltó nada, a pesar de que no tuve opulencias. Tú y papá lo llenaban todo, el amor copaba mi espacio vital y eso era suficiente. Admiro de ti tu capacidad para hacer que las cosas parezcan simples. A veces pienso que fuiste un poco extremista, pero eso también me hizo fuerte.

      Me echabas broma con mis defectos jajajaja y aprendí a reírme de ellos, ya nadie se pudo burlar de mí. Cuando me acosaban las sombras nocturnas y sufría ataques de pánico, me hiciste una muñeca de trapo del tamaño de una persona y me inventaste un cuento en la cual esas muñecas se volvían guerreras en las noches y protegían a las niñas que dormían con ellas, eso evitó que me siguiera pasando para tu cuarto a media noche y me hizo una persona más segura. Cuando murió tu hija, mi hermana menor, yo tenía 5 años y tú me contaste que ella se había ido en una nave espacial con unos extraterrestres bien bonitos. Hoy siendo madre, no me puedo imaginar el dolor que debiste sentir, ni tampoco de dónde sacaste la fuerza para llenarme de esa historia al punto que recuerdo haberla asumido como la única verdad. ¡Eres una mujer excepcional!!

      Sin embargo, hubo un tiempo donde llegué a poner en duda tu valor. En la adolescencia no podía entender cómo alguien podía decir que era feliz siendo “la dueña del hogar”, hoy aprendí que de lo que se trataba era de ser la guardiana de un tesoro, de tu tesoro, que éramos nosotros, tu familia, tu mundo. Aunque le doy un puesto privilegiado a la familia, no escogí tu camino, y creo que está bien. Me he dado permiso para eso. De igual manera, he aceptado lo que fue tal y como es. Ya no riño contigo. Te miro tan grande, tan noble, tan fuerte y a la vez tan tierna que, definitivamente, soy chiquitica delante de ti.

      Las dos hemos crecido. Los años han pasado y ya papá no está. Sé que te ha hecho falta, a mí también me hace falta todos los días. Ahora caminamos más cercanas y las estridencias de mi alma se arrodillan delante de lo que eres, un ser cuya característica ha sido el dar. Te das con tanta facilidad que en tu rostro nunca se ha borrado la sonrisa y valga decir que muchas razones tendrías para no tenerla. La alegría ha estado contigo, aún en los momentos más dificultosos. Esa enseñanza ha sido un sello de fábrica para mí, para mis hijas, a quienes contribuiste a criar, para todos tus nietos, sobrinos y cada niño que ha pasado por tus manos (han sido varios) y espero que, para mis nietos (cuando los tenga). Sin dudas, que tu risa, tu buen humor y tu alegría son el mayor legado en nuestras vidas. “La vida es corta y hay que vivirla lo mejor que podamos”, me dijiste un día cuando era una adolescente y jamás lo olvidé.

      Hoy, cuando el tiempo ha hecho su labor indetenible sigues alegrando nuestras vidas. Repites las historias que ya nos conocemos una y otra vez como si fuera la primicia del momento y ríes sin cuidado jajaja, reímos contigo. Te has vuelto vieja y la niña que siempre ha estado en ti, parece salir con más disposición a divertirse. Te has vuelto mi niña, mi niña de 70, a quien cuido y amo y a quien no alcanzaré jamás a dar ni la cuarta parte de lo que me ha dado, eso lo sé, pero a quien honro y agradezco por el amor infinito, por sus cuidos, por los valores que me trasmitió y por su fe en mí. Gracias mamá, por ese sentimiento que no conoce de obstáculos ni fronteras, ¡por tu amor!