La descomposición social que nos ha tocado ver, en este siglo XXI, que pintaba como de progreso, es espantosa.

Recientemente vi la noticia de un papá, por cierto de mi pueblo, que vivía en Maturín, y abusaba sexualmente de su hija de 5 o 7 años, no recuerdo bien.

La niña venía mostrando despego hacia el padre; y la madre la regañaba por eso. Fue así como la niña decidió grabar a su papá cuando se le acercó para tener relaciones con ella. Con esa prueba habló con su mamá; y esta le dijo al esposo que huyera.

Esta situación aborrecible me impactó, porque creo que tanto la madre de la niña como su padre están desquisiados.

Tengo una sobrina que va a cumplir 15 años, la cuidamos mucho, porque deseamos que nunca sufra un abuso de esta naturaleza.

No es fácil la tarea, pues estamos bombardeados por imágenes, músicas y vídeos que incitan al sexo con excesos, al consumo de droga y a la promiscuidad.

Comprendo a la psicopedagoga; yo haría lo mismo que ella. Renunciaría por mi salud mental.

Excelente tema, amiga. Un abrazo.