Sufrir una traición después de haber amado tanto nos sumerge en una fuerte depresión, de la que no es fácil salir. Para ello se necesita de mucho amor propio, y creo que eso tiene Patricia de sobra. Sus lágrimas están justificadas, porque las mismas han de darle la fortaleza para seguir adelante como toda una gran dama.
Excelente relato. Me encantó.
Hola amiga, gracias por tu apoyo.
El dolor de una traición es una de las tantas cosas que callamos las mujeres, Patricia tuvo que ocultar ante todos su pena, pero estaba clara en la decisión a tomar.
Saludos amiga, que tengas un feliz día.
Así es. Solo uno sabe poner los límites. Gracias a ti por estar.