Noche de fiesta

Se detuvo un momento, necesitaba respirar, ya sentía la vida entrecortada, nunca había creído eso de los espantos y hasta risa le causaba que sus amigos se santiguaran cuando decía:

̶ ¡Qué me salgan esos espantos para que vean la paliza que les voy a dar.

Y como a muchos, le llegó el día.

Doña Matilde lo invitó a la fiesta de su cumpleaños, hasta le ofreció alojarlo en el galpón para que durmiera.

‒No es necesario, yo canto y bailo, después a echarle los pies a la madrugada.
‒ ¡Ay! Rafelito, mire que los espantos por aquí todavía se pasean.

̶‒Doña Matilde, no se preocupe, dejemos que el cuerpo decida.

La fiesta estaba prendida cuando llegó, pero como buen parrandero desafió a los cantores presentes para darle sabor a aquella fiesta y así mismo llamar la atención de las chicas presentes.

‒Rafelito no se haga el machote, ahora quiere llevarse a todas las muchachas... deje pa’ los demás.
̶ ¡Ja, ja, ja! Chepe como que le entró el celo, no deje que ese bicho lo muerda, tire la red que la laguna está llena.

Las ocurrencias iban y venían, como lo dije, la ribazón estaba re buena y no faltaron los besos robados y algunas infidelidades furtivas.

Había una morena que sobresalía y andaba como perra chuta moviendo la cola. la cosa iba a mayores y las manos inquietas no faltaban, incluyendo las mías que fueron más allá tocando terrenos peligrosos y ahí fue cuando apareció el Don fulano, ricachón del pueblo reclamando y disparando al aire, la tensión subió, sobre todo cuando me puso el cañón caliente en la cabeza, yo sentí que se me mojaban los pantalones.

‒Ud. se la da de guapo, yo le voy a bajar los humos.

Pero cuando Rafelito levantó la cabeza para verlo a la cara, lo que vio no fue un hombre, eso lo dejó frío, pero en ese momento Doña Matilde pegó un grito:

‒¡Don Rito! no me vaya a desgraciar la fiesta, los problemas los arreglan mañana.

Esos minutos los aproveché para decir paticas pa’ que te tengo y ni siquiera supe por dónde salí, corrí como endemoniado, después de un rato me detuve para ver si me seguían y lo que vi, me pareció un regalo de los dioses, la morena estaba a allí, mirándome con esos deseos enardecidos, me acarició las mejillas y me dice con esa voz que no sé cómo describirla:

̶ ¿Por qué no me besas?

¡Emocionado me voy a la acción y mierda!… digo, ese rostro era el de una muerta y con unos dientes muy largos y corrí, y corrí, ya no tengo aire, no tengo…

‒¡Ayúdenme Dios mío, que me lleva la sayona!

̶ ¿Qué le pasó Rafelito que salió espantado de la fiesta? cómo que se pasó de tragos, mírese, todo arañado, le dije que no saliera a altas horas de la noche. Lo encontramos tirado en el camino.

‒No lo volveré a hacer, ¡se lo juro!

Agradezco a @marcybetancourt y @solperez por la labor que realizan en esta comunidad @Venezolanossteem y apoyar todas estas actividades creativas.

La imagen de portada es un dibujo de mi autoría y editado con PicsArt. Ver link
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