Esta lluvia ocurrió dentro de mi sueño, me vi cubierto de un torrencial grito de multitudes, ¡tenemos el agua al cuello! ¡alguien que ayude! ¡Dios! ¡Dios! pero eran tantos los pecados que tenían encima, no pudieron represar el agua, los desperdigó la lluvia, luego la sorpresa de un arca les dañó la risa que les quedaba, los animales nadaban buscando su par, es el castigo por el mal comportamiento.

El agua creció sobre los bosques, los sembradíos, el agua tocaba a las puertas, las casas se quedaron sin techo, pero nadie podía mirar las estrellas, las rocas son seguras, hay que treparlas, no miren atrás, no miren, allí solo está la angustia, el caos, es triste ver el miedo, como se sostiene de las miradas, se alimenta de las emociones.

¿Por qué tanta lluvia para limpiar lo malo? Pero la serpiente va escabulléndose, escalando las rocas, ella representa lo malo, ella no mira atrás, solo sube. ¡Dame el niño, mujer! ¡Que él pueda comenzar! El creará otro mundo, nos olvidaremos de este.

¡Deja el miedo! ¡tíralo, que el agua se lo lleve! ven sube a esta roca dónde sostengo lo que nos queda, reza, de algo sirve.

Dame tu mano, es duro este invierno, ya veremos el sol, ¡ven mírame! dame al niño, desde lo alto, veremos de nuevo el sol, podrás hablar con Dios si lo deseas, esa es la luz, la necesitamos; pero la lluvia no ha terminado, el mal es grande, la serpiente, no la veo, está escondida, ¡ay lluvia, no la dejes subir! El caballo si es necesario, los pájaros, anda mujer, que no aguantaré más lluvia lavando la tierra, recuerdo que me miraste, cuando yo me asomaba por la ventana, afuera la lluvia arreciaba.