Ahora estoy solo, esperando que el tío regrese, me dijo qué iba a averiguar todo lo que pasó, así que me prestó ese caballo para que llegara hasta este, abrevadero, bueno caballito descansa mientras esperamos. El viento silbaba como arrullando, como si conversará con los árboles, de repente todo se quedaba quieto, era el silencio matando las horas.

‒La verdad es que uno quisiera estar con gente de verdad, eso de hablarle a los animales no va conmigo y si le digo algo a ese caballo y me contesta la carrera que voy a pegar va ser espanto y brinco.

¿Y si lo jodí, Todo fue tan rápido, debí haberle hecho a mi papá cuando me vio con la navaja?

‒Qué haces con eso, quieres buscarte problemas?

‒Es por si acaso viejo, uno nunca sabe.

‒Si andas por la senda del bien, nada te pasará.

‒Tranquilo viejo, si yo no me meto con nadie.

Pero tenía que pasar, lengua de chivo tiene el viejo. Fui a visitar a María, ella era la novia del gordo Salazar, pero la muy safrica se me insinúa y muchacho que es llorón y la mama que lo pellizca, se me salió el machote, lo que no sabía era que el tipo regresó y allí estaba yo como los buenos gallos y comenzó la coñaza y no sé cómo, pero mis manos se llenaron de sangre y tuve que salir por la ventana.

¡Coño que vaina me llevé viejo! ahora mi tío no llega y no creo que aguante esta espera, si mi tío no viene, mejor agarró ese caballo y me voy al pueblo, ya oigo voces por todos lados ¿Seguro qué es el viento tío y si no es?

‒Viejo, debí hacerte caso.