Saludos a toda la comunidad de @venezolanossteem y sus pilotos las amigas @marcybetancourt y @solperez,en esta oportunidad nuestro creativo amigo @fjjrg nos trae un concurso partiendo de una historia y poner en práctica nuestra creatividad.

En la sierra de Perijá, edo. Zulia hay un sitio conocido llamado el¨Salto El Chorro de Rosario de Perijá¨. Ubicado en el Ecoparque ¨Río Cogollo¨. Estábamos un grupo de amigos acampando durante un fin de semana común y corriente disfrutando de las maravillas de la naturaleza. Ese mismo día al instalar el campamento y limpiar los alrededores, hubo un grito de terror y miedo, una de las chicas encontró una serpiente, se enrrollaba alertando de su ataque a los presentes. Un guía Yukpa tomó la serpiente, dijo que no le tuviéramos miedo,mientras no la atacaran, ella no mordería a nadie,la mostró para que pudiéramos admirar su belleza y luego se la llevó del sitio. Luego del almuerzo, hicimos una excursión hacia el chorro,la cascada se eleva poderosa a sus 290 metros de altura, varios turistas estaban tomando fotos del sitio, cuando de pronto una mujer empieza a gritar.......Quítenmela, quítenmela!...... a pesar de la advertencia de que no se moviera, la mujer trató de quitársela de encima y entre corriendo y lanzando los brazos de un lado para otro fue mordida por la serpiente, cayendo presa del pánico sobre la hierba......

Junto al grupo de excursionistas se encontraba un joven llamado Saúl, para sorpresa de todos éste se encontraba recién graduado de médico y no tenía mucha experiencia, llevado por sus instintos y recordando sus clases en la facultad de medicina pudo reaccionar a tiempo, improvisó un torniquete en la parte superior del brazo con un pañuelo bien apretado, mi amiga Luisa entre sollozos y nervios le preguntó para que hacía eso, el joven Saúl muy amablemente le explicó que era para que el veneno no avanzara muy rápido por el brazo así el tendría tiempo de extraer el veneno con su boca.

Todos nos quedamos viendo asombrados como Saúl trabajaba. tomó una navaja y pasando el filo de ésta por la llama de un encendedor pudo des infectarla, luego procedió a realizar un pequeño corte en la mordedura, acercó su boca y comenzó a succionar y a botar el veneno extraído, todos pensábamos que se iba a morir la mujer y no críamos lo que veíamos.

Cuando transcurrió cierto tiempo llegó ayuda de unos jóvenes que se encontraban cerca del lugar, ya acostumbrados a estos casos estaban preparados con suero antiofídico el cual fue colocado y enseguida la mujer fue llevada al centro de salud más cercano.

Después de pasado el susto, todos nos acercamos al joven médico y le dimos las gracias por su profesión y por toda su ayuda, a veces las cosas pasan por algo, mi amiga Luisa y yo, aprendimos a disfrutar de la naturaleza y a respetar a sus habitantes, hacer caso a los consejos de las personas con más experiencia que nosotros.