Estimada gente de Steemit: Continúo la serie de posts destinados a la narrativa como género literario, con el deseo de que sean útiles para quienes se dedican a esta disciplina en la plataforma.
Con el agradecimiento a #venezolanossteemit por tener un espacio en su comunidad.
Saludos.

_Fuente

En el post anterior (puedes leerlo aquí) adelanté una definición simple de narrativa: el arte de contar una historia. Vale la pena, ahora, complicarla un poco más, o si prefieres, matizarla, encontrarle otras aristas. Para eso me apoyaré en el Diccionario de retórica, crítica y terminología literaria, de Angelo Marchese y Joaquín Forradellas:

De una manera muy elemental se puede decir que un relato (un texto narrativo) debe comprender una o varias secuencias, en cuyo centro haya al menos un personaje caracterizado por determinadas cualidades. Para que el relato exista, es necesario que haya un proceso de transformación que modifique las cualidades o la situación del personaje tal como se habían presentado en la secuencia inicial.

En la cita precedente se destacan varios elementos: se debe describir un hecho, en varias secuencias, y debe haber al menos un personaje, que sufre una transformación importante.

En otros post abordaré con detalle cada uno de estos elementos. Ahora lo que quiero destacar es que estos elementos constitutivos se pueden presentar en muy diferentes formatos.

La novela, la novela breve, el cuento, el poema épico (en las formas estrictamente literarias), así como el guion de cine y televisión, el texto teatral, el cómic, los eventos transmedia, la narrativa de videojuegos (en las formas “mixtas”, es decir, que incorporan otros elementos más allá de la palabra escrita), son los medios más frecuentes en los que se manifestará la narrativa literaria.

Revisemos brevemente.

_{Estatua de Gilgamesh. Fuente}

El poema épico

Es la forma más antigua de narración escrita. Casi con toda seguridad deriva de historias y poemas que se ejecutaban oralmente. El más antiguo poema épico conservado por la humanidad es Gilgamesh, obra sumeria de hace cuatro mil años. En ella se relata la historia del rey Gilgamesh, de Uruk, en Mesopotamia, y su búsqueda de la inmortalidad luego de la conmoción causada por la muerte de su amigo y compañero de aventuras, Enkidu.

Otras obras notables, de gran influencia en toda la cultura universal, son La Ilíada y La Odisea, del poeta griego Homero. En la primera se narra la guerra de Troya, y en la segunda las aventuras de Ulises (u Odiseo) luego de la destrucción de Troya. Sobre todo la La Odisea, de hace unos dos mil novecientos años atrás, se constituyó en el gran antecedente de lo que después serían las novelas, que para esa época aún no existían.

Aunque estas obras, y otras que no cito por falta de espacio, son poemas, cumplen con todos los elementos de la narrativa: narran hechos encadenados en varias secuencias y tienen un personaje central (o varios) que sufre una transformación profunda en su carácter o en sus circunstancias. Aquiles, en La Ilíada, el guerrero perfecto, conoce la humillación, el dolor y la muerte. Ulises, el más astuto de los griegos, en La Odisea, vaga durante diez años por las islas sin poder volver a casa asolada por sus enemigos.

En este último aspecto, es particularmente notable el caso de Gilgamesh, que pasa de ser un rey todopoderoso y arrogante, a ser un personaje atormentado ante la idea de la muerte, reflexivo y finalmente resignado ante el destino común de la humanidad.

Aunque el poema épico es eso: un poema, sus personajes, conflictos, peripecias y cambios de escenarios, son consustanciales a la narrativa, a pesar de que esta todavía no existiera como género literario.

En el próximo post hablaremos de la novela, la novela corta y el cuento.

GRACIAS POR SU VISITA. VUELVAN CUANDO QUIERAN.