El tema es controvertido, pues a Bukele se le señala como un ejemplo de un Gobierno con vocación autoritaria y con peligro constante de violaciones a los Derechos Humanos. En lo personal, no le tengo buenos sentimientos a los criminales, simplemente no me gustan y prefiero que estén lo mas lejos posible, así que admito que me siento atraido por las acciones de Bukele, a pesar del tinte autoritario que se le ueda señalar.

Un problema a considerar es que las grandes bandas criminales están generalmente muy entrelazadas con facciones políticas, en ocasiones sirviendo a los intereses de una facción a cambio de ciertos favores por parte de los políticos de alto gobierno, es terrible, pero es algo que ha pasado ya en varias ocasiones de la historia.

Entonces, enfrentar a las grandes bandas criminales toca una gran variedad de intereses y puede hacer que el presidente se gane mucho mas enemigos de los que ya tiene. Eso es un incremento del riesgo y toca rezar y cuidar que los políticos complices de los criminales, no lancen un magnicidio o algo parecido.