Saludo a todos los estimian de la comunidad venezolanos Steem que continúan cada día más atrayendo integrantes para interactuar en todas sus actividades con analogía de muy buenos concurso que incentivan la creación narrativa con estilos únicos y auténticos de cada participante, agradezco de manera personal a los auspiciante de cada actividad que sin duda alguna tienen como interés único solidificar las bases y hacer crecer la plataforma y la comunidad que representan. Así que congratulaciones y un millón de aplausos deseando que sigan engrandeciendo la visión.

La infancia es una de las mejores etapas de la vida, la inocencia se hace presente en cada decisión, juego, picardía, aventura y todas esas cosas que acompañan nuestra imaginación y creatividad, la cual sobreponen a las carencias que puedan suscitarse en medio de nuestro crecimiento.

Mi madre Doña Marelis nos crió en un barrio pobre pero alegre éramos por demás curiosos e inventores, mis hermanos Vanronal, Bladimir y yo a pesar de las necesidades y las cosas que nos pasaban buscábamos ser felices, aprovechamos esos minutos que la vida nos proveía para conquistar nuestros sueños. Recuerdo que nos apasionaba una comiquita de un muchacho que se llamaba METEORO y su hábil carro el MAX5, el cual ganaba grandes premios en las pistas de carreras del mundo entero. Era según la serie un carro genial, moderno, con todo lo necesario para competir en las carreras de ruedas y además ganarlas todas. Esa serie nos inspiró a construir nuestro famoso MAX5 san simonero e inspirar a otros muchachos del barrio a construir sus propios vehículos para competir en nuestras peligrosas competencias lanzándonos por una pendiente de 90° grados de inclinación con más 300 metros de recorrido, es decir según la física la velocidad desarrollada estaba sobre los 50 a 60 kilómetros por hora, esto significa que era peligroso y de cierto que lo era.

Vi como algunos amigos sufrieron lesiones, como roturas, raspones y otros, pero seguimos siempre desenfrenados en la competencia de carritos que subía la adrenalina. Hasta que llegó el día del accidente más grave de la pista de San Simón, mi hermano Vanronal se accidentó perdiendo parte de sus piezas dentales, fue muy arriesgada esa aventura de niños.

Desde ese día por orden y supervisión de los adultos se terminaron las carreras de carritos, para nosotros, mi hermano fue trasladados al centro de salud más cercano, sólo la pérdida de algunos dientes fue el diagnóstico médica del accidentado como ya les dije, pero el castigo más doloroso fue desarticular nuestra obra maestra como lo era el MAX5. Y podríamos ver desde la alhambra que el circuito de las carreras de carritos continuaba sin nosotros y la pista arrojó un nuevo campeón que lo llamaba EL CARLUIS, de mi amigo y hermano de la vida Carludis.

Los gráficas son expresiones creativas y originales de mi hija Venecia Guarisma.