Magaly se sentía muy triste porque a pesar de vivir en un pueblo alegre, donde los fines de semana se sentía la algarabía y el bullicio de las orquestas y grupos musicales que tocaban en vivo en la Plaza, ella se cohibía de visitar estos sitios y se perdía de la diversión porque no sabía bailar.

Su abuela, quien era una persona alegre y de espíritu joven, estaba preocupada por su nieta al verla retraída y muy solitaria. Ella quería verla disfrutar de la vida, que compartiera con amistades y que tuviese una vida social normal.

Ese fin de semana había espectáculo en vivo y había un chico por el que Magaly se sentía atraída, pero al no saber bailar ponía ese pretexto para no asistir. Manuel la cortejaba y quería entablar una linda relación con ella, por eso la invitó al espectáculo con la intención de conocerla más y comenzar a salir formalmente con ella.

Ella vivía sola con Doña Carmen, quien al saber de los planes de Manuel se dispuso a enseñar a bailar a Magaly. Preparó su tocadisco y comenzó a indicarle los pasos con mucha paciencia y amor. Magaly aprendió muchos pasos de salsa, merengue, pasodobles y boleros. Fue un intensivo divertido, ya que Magaly aprendió a bailar e improvisar pasos que dejó muy alegre y complacida a Doña Carmen, quien bailó con su nieta hasta cansarse inventando pasos y enseñándole los que ella sabía. Ambas disfrutaron del momento y se sintió feliz de ver la alegría y la espontaneidad de su nieta, quien a partir de ahora tendría una vida social activa.

Magaly y Manuel se divirtieron en su cita, y a partir de ese momento Magaly fue más extrovertida y todos en el pueblo querían formar parte de sus amistades. Doña carmen estaba complacida y felíz al igual que su linda nieta.

Amigos, esta ha sido mi participación en esta historia, que espero sea de tu agrado y te hayas divertido, tanto como lo hizo Magaly y Doña Carmen, jejeje.