Hola, queridos amigos. Desde que entré a Steemit, en el 2018, nunca había dejado tanto tiempo sin publicar. Por lo que siento que debo excusarme con mis lectores y amigos, que me dejaron mensajes en Discord preocupados por mi ausencia. A ellos este texto que busca resumir lo que viví todos estos días:

Vamos a decir que todo comenzó el lunes, pero todos sabemos que las cosas no surgen desde un punto, sino de varios, ya antes, cuando llegó la noticia a la casa de que un gran amigo se había suicidado. La terrible situación del país y una enfermedad lo habían acorralado en una esquina y él había tomado la decisión (no quiero utilizar ningún adjetivo), de agarrar su arma y accionar. Aquella muerte fue el propio golpe al hígado, a la cara: saber que una persona tan cercana y amada pudiera tener en sus planes quitarse la vida por problemas económicos o por salud, le deja a uno un mal sabor: la sensación de haber podido hacer algo al respecto y no haber hecho nada.

A pesar de todo el dolor, la obra debe continuar y eso fue lo que intentamos hacer en casa. De mi parte, seguí escribiendo con más dedicación. Recordar la cantidad de personas que viven en mi país en estado de hambre o orfandad, me hizo no solo dormirme a las 12, sino despertarme a las 5 con el cerebro a mil tratando de crear historias atractivas que me pudieran generar algo de "platica". Y llegó otro día crucial. Un evento que nos sacudió a todos en la familia: mi hermana tuvo una baja de hemoglobina.

Mi hermana tiene problemas con la hemoglobina, incluso ya ha recibido una transfusión, por lo que no puede caminar mucho, ni alzar peso, tampoco estresarse. Así que tratamos de que lleve una vida lo más tranquila que se pueda, pero ese día, en la noche, acostada en su cama, tuvo una baja de hemoglobina. Nos enteramos a la mañana siguiente cuando no podía ni levantarse. La descompensación fue inmediata. Tensión baja y las pulsaciones bajas la mantuvieron postrada en la cama. Ahí ya mi sistema general tuvo un corto circuito.

Cuando logramos movilizar a mi hermana para que se hiciera los exámenes, sentí que mi cuerpo que había estado tieso, empezaba a quebrarse. Efectivamente, ese día me acosté luego de venir del laboratorio y tuve dos episodios importantes de fiebre: uno en la mañana y otro en la noche, este último con más de 40 grados y fuertes escalofríos. Esa fue una noche larga y angustiante.

Por los síntomas, pensamos que podía ser Paludismo (enfermedad muy común en esta época en Venezuela), y recordamos que su diagnóstico y medicación está en manos de los centros de salud del gobierno, así que nos lanzamos al ambulatorio más cercano. Luego de esperar horas y horas para que me atendieran, entré a una salita en donde estaba una chica que nunca levantó la cara y que solo me hizo tres preguntas: nombre, edad, qué te sientes. Ante la última respuesta, ella comenzó a garabatear (cara abajo siempre) en un pedazo de papel reciclado. Ante mi pregunta si me mandaría a hacer el examen, me dijo que no porque yo no tenía paludismo sino un rotavirus. Me entregó el papelito y mi nombre y apellido tenían errores ortográficos. Pensé: ¿el diagnóstico también tendrá fallas?

Para hacerles menos largo el relato, la fiebre continuó y solo se pudo controlar con los medicamentos. Hubo días en los que no comí, que pasé las horas durmiendo; instantes en lo que el frío causado por la fiebre me hicieron grietas en la piel como si me hubiesen roto vasitos de sangre; que la falta de apetito y sueño me hicieron ojeras azules y tristes.
No sé cuántos kilos perdí, ni cuántas horas de sueño se extraviaron bajo las sombras de la fiebre, lo único que tengo claro es que mi cuerpo estaba pidiendo descanso, necesitaba desconectarse y lo hizo.

Ahorita, luego de una semana, veo mi piel pálida, amoratada en algunas zonas, con rayitos rojos como si fueran pequeñas ranuras que hablaran de un quiebre, una fractura, y recuerdo el Kintsugi esa técnica utilizada por los japones para reparar las grietas de las cerámicas. Estoy bien y tengo fe en Dios que pronto estaré mejor, completamente restablecida, pero esta experiencia debe recordarme que soy humana, que no soy un robot. Hoy vuelvo a Steemit con todas las fuerzas y con todas las ganas de seguir trabajando. Amén, amén y amén

HASTA LA PRÓXIMA LECTURA, AMIGOS

*Todas las imágenes fueron creadas por mí especialmente para esta publicación