Historias reales #252: Lecciones no aprendidas
Lecciones no aprendidas
Él se había ido hacía dos años, sin excusas, sin dejar ni siquiera una razón, un motivo de su huida. Un día dejó de enviarle mensajes, de llamarla, pasar por su casa. Aunque ella hizo lo imposible para contactarlo, fue imposible: se esfumó en el aire. Creyendo que ella era la culpable de aquella separación, aquella ruptura, se dio golpes de pecho, lloró como nunca había llorado a nadie.
o0o
Pero el tiempo pasó y ella había creído que estaba curada, pero el hombre regresó y ella, nuevamente, cayó en sus garras. Aunque al principio le pidió explicación por aquella distancia, el hombre la envolvió y la llenó de palabras. Ella, como una ingenua muchacha, se le olvidó el dolor y volvió con él sintiéndose más enamorada. Pero la vida le enseñó después que una lección debe aprenderse porque si no sales raspada.o0o
Y es que los primeros meses fueron de miel, pero después una relación insana. El hombre seguía siendo el mismo: cruel, déspota, una persona mala; que volvió a desaparecer y dejar aquella mujer hecha lágrimas. El hombre volvió a irse y ella quedó descorazona, sin entender que el primer daño se lo hizo el hombre al abandonarla, pero que el segundo se lo hizo ella misma por no aprender la lección y seguir enamorada.
Pero el tiempo pasó y ella había creído que estaba curada, pero el hombre regresó y ella, nuevamente, cayó en sus garras. Aunque al principio le pidió explicación por aquella distancia, el hombre la envolvió y la llenó de palabras. Ella, como una ingenua muchacha, se le olvidó el dolor y volvió con él sintiéndose más enamorada. Pero la vida le enseñó después que una lección debe aprenderse porque si no sales raspada.
Y es que los primeros meses fueron de miel, pero después una relación insana. El hombre seguía siendo el mismo: cruel, déspota, una persona mala; que volvió a desaparecer y dejar aquella mujer hecha lágrimas. El hombre volvió a irse y ella quedó descorazona, sin entender que el primer daño se lo hizo el hombre al abandonarla, pero que el segundo se lo hizo ella misma por no aprender la lección y seguir enamorada.
Rayos, muy buen relato
Gracias, muchas gracias