EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
En un post pasado hacíamos una reflexión acerca de la importancia que tienen los saberes culturales. En esta ocasión, hacemos una reflexión sobre la experiencia educativa en el contexto de la cuarentena impuesta a raíz de la pandemia ocasionada por el CODIV-19.
EDUCACIÓN EN TIEMPOS DE PANDEMIA
La situación provocada por el covid-19 puso en evidencia algunas debilidades de nuestra sociedad y, al mismo tiempo, ha permitido resaltar otras circunstancias que nos ha permitido valorar las cosas en su justa dimensión. Así, por ejemplo, el reconocimiento al personal de salud ha ido en aumento y ha sido determinante para hacer frente a la pandemia.
Por otra parte, nos hemos interrogado por lo concerniente al tema educativo. De ese modo, nos hemos preguntado ¿qué tan importante es asistir a la escuela? En este ensayo, intentaré plantear una respuesta y, al mismo tiempo, resaltaré la importancia que tiene y el papel determinante que jugará en el futuro, donde deberemos sortear álgidos y novedosos desafíos; asimismo, esta indagación se hará contextualizada en la situación actual, determinada por la suspensión de clases en el aula para dar paso a una forma virtual.
Una de las primeras medidas que tomaron diferentes gobiernos, en aras de salvaguardar la salud de la población, fue la suspensión de las clases presenciales y proponer la modalidad de educación a distancia o virtual. Es necesario acotar que la educación remota implica tres elementos distinguibles. El primero es la educación a distancia como tal, que la reciben los chicos de los colegios públicos a través de la televisión; después estaría la educación virtual, que supone una plataforma que permite algún tipo de comunicación, y donde reciben videos y audios; y en último lugar la educación online propiamente dicha, donde podemos ver al profesor dando clases como si fuera presencial.
Algunos países se plantearon estrategias similares para continuar la enseñanza a distancia usando diferentes medios para alcanzar a toda la población estudiantil, al menos mientras duraba la cuarentena. Las estrategias se fundamentaban en programas que tenían como propósito llegar a las casas a través de la radio, televisión e internet. Por lo común, era de libre acceso y sin costo; tenían como propósito construir experiencias de aprendizaje que se pudiesen enmarcar en los diferentes currículos de educación básica para que todos puedan seguir aprendiendo desde sus hogares, usando los diversos canales de comunicación mencionados.
La educación a distancia, inicialmente, generó muchas dudas, lo que es normal, pues profesores, alumnos y padres se enfrentaban a una situación inédita. Muchos de los errores iniciales no tenían que ver con la naturaleza de la educación a distancia, sino más bien con cuestiones de gestión de la estrategia, con el tratamiento pedagógico y con el uso del sentido común.
En los ámbitos público y privado, en general, la educación a distancia supuso una manera de garantizar la escolaridad, uno de los mayores temores de los involucrados en el quehacer educativo, y dio lugar a procesos ejemplares de continuidad pedagógica.
Algunas escuelas públicas tuvieron más problemas para iniciar con la educación virtual; muchos de ellos usaron la versión gratuita de Zoom que dura cuarenta minutos. En cambio hubo otros colegios que trabajaron con versiones pagadas, lo que les permitió impartir clases continuas. Otros sólo tuvieron comunicaciones por Whatsapp; en cambio algunos otros contaron con plataformas propias e impartieron las clases casi con normalidad.
No obstante, como era de esperarse, esta nueva modalidad educativa, que en su mayoría la recibieron desde el Estado, generó diferentes problemas en los diferentes niveles educativos en general. Por un lado, transformó la rutina laboral de los docentes, quienes ya no solo debían preparar las clases sino que además debían elaborarlas y adaptarlas para su envío a través de WhatsApp, correo electrónico, zoom o cualquier otro formato o plataforma digital. Lo que implicó una labor que demandaba mucho más tiempo, haciendo que se trabajase más horas que en el horario escolar habitual.
Al mismo tiempo, los docentes recibían trabajos, corregían y respondían consultas de sus alumnos, de los padres y de los directivos que, como corresponde a la labor, requirieron los informes y estadísticas de rutina que daban cuenta de cómo marchaba la tarea pedagógica.
Del otro lado tenemos a los estudiantes, donde si ya habían desigualdades en la adquisición de conocimientos, esta situación las potenció pues no todas las familias tienen los mismos niveles educativos así como las condiciones y recursos para compensar la falta de enseñanza en las aulas.
Esto quiere decir que la calidad que resultó de la educación a distancia varió de una casa a otra, de una familia a otra; asimismo, podríamos sostener que el aprendizaje se hizo más dependiente del acompañamiento de la familia y de las estrategias de atención que ellas elaboraran que de los mismos métodos que propuso el docente.
Las familias menos pudientes, señalaba la ONG Save the Children, por lo general “dedican más tiempo a la televisión y menos a las actividades interactivas y estimulantes a nivel cognitivo”; al mismo tiempo, el nivel educativo de los padres no compensa la ausencia del profesor, lo que altera significativamente todo el proceso. Misma incidencia que tienen la falta de computadoras y acceso a internet.
No obstante, con los errores y sus ajustes, se ha ido afinando la técnica, por lo que se podría pensar que esta herramienta se convertirá en un complemento de la educación presencial. Por ello, se puede decir que, de la experiencia general, todo el aprendizaje del mundo virtual para profesores y alumnos les va a quedar para siempre, porque se va a convertir en parte de su habilidad y cotidianidad, con lo cual se dará un salto de importancia en los modelos educativos a partir del retorno a clases, porque al final se va a estabilizar y se va a convertir en un saber usual.
En ese marco de referencias, tendríamos que decir que cuando iniciemos otra vez, tenemos que imaginar e inventar otra escuela donde le demos espacio amplio a muchas más de estas posibilidades para poder hacer frente a los retos que vendrán.
Más que agradecido. Se convierten ustedes en un motor que impulsa nuestra vocación en esta plataforma. ¡Muchas gracias!
Una reflexión pertinente y muy bien hecha @morey-lezama.
La situación en Venezuela, en varios sectores, es "va viniendo y vamos viendo". Los docentes son muy mal pagados en las instituciones públicas y presiento que el año 2021 va a ser más difícil para los niños, y peor para las escuelas.
No se previó casi nada de los problemas del 2020. Los docentes siguen teniendo salarios muy bajos y no tienen acceso gratuito a internet. Algunos no tienen computador.
En el caso de los niños, el año pasado vi unas clases de vtv y aún me da escalofríos.
Hay casas muy pobres en las cuales no hay ni televisión porque se dañó con el problema de los apagones y repararlo es muy costoso. Por lo tanto, en esos hogares donde no hay tv, los padres tienen un nivel educativo bajo y el acceso a internet es limitado (muchas veces sin PC), será muy cuesta arriba este año 2021.
Vuelvo a punto de preveer. El Estado no previó nuevos salarios acordes a la hiperinflación que hay en Venezuela (hay deserción docente). No previó ampliación de aulas de clases y dotación de la mismas (en razón de disminuir el aglomeramiento). Tampoco previó rutas o transportes escolares (para garantizar asistencias del personal escolar y alumnado. No previó nuevos horarios escolares, etc.
Hay mucha tela que cortar en este tema.
No obstante, no podemos ver todo en forma negativa. Debe surgir, tal como tú lo planteas, la reinvención de la escuela en Venezuela y la exploración de nuevas estrategias educativas para los retos por venir .
Gracias por esta publicación. Saludos!
#onepercent
#affable
#venezuela
Muy doloroso lo que describes, @marcybetancourt. Entiendo y comparto tu planteamiento. Yo intenté hablar de forma general, sin adentrarme en la realidad venezolana porque es algo que, en lo personal, me afecta de manera emotiva, ya que el futuro inmediato de la educación se percibe atroz, por usar un adjetivo sutil.