7mo CONCURSO 300 PALABRAS!! / Por @fjjrg - Amistades a distancia

El mágico sonido de los celulares movió sus dedos y su alegría. LLamada abierta y los cuatro agarraron los vasos y brindaron juntos por un reencuentro, "person to person", como le encantaba decir a María. Alzaron sus vasos con un ¡salud! que desbordaba alegría. Igual habían brindado el pasado 19 de marzo. María en Chile, José en España, Lionel en Irlanda y José Miguel en Caracas.

Los vasos en realidad era la manera de entrar en calor, con el célebre ¡salud! y una ronda de chistes. José el abstemio del grupo, preparó un papelón con limón, María el tradicional ponche crema que matiza las festividades naideñas, pero es sabroso en cualquier época, José Miguel recomendó su sangría criolla con jugo de parchita y Leonel, su níspero al ron, con el cual se ha lucido más de una vez y todas sus amistades han probado.
Amigos desde la universidad, los cuatro jóvenes decían presente en las celebraciones de cada uno. El San José era bandera de sus entusiastas encuentros, porque un 19 de marzo había sido "el primer encuentro oficial", en palabras de Lionel, primero con mensajes de texto y desde el año pasado con video-llamadas. Ya los cuatro tenían equipos y planes telefónicos que le permitían hacerlo.

La pandemia había afectado sus vidas, pero no su amistad que por el contrario iba creciendo, en paralelo con su crecimiento personal como profesionales y del nacimiento de nuevas amistades y amores, en sus nuevos ambientes. María confesaba estar "medio enamorada" de uno de sus compañeros de trabajo, mientras que Lionel afirmaba que por su parte la situación era de "enamorado y medio", ya vivía con su novia portuguesa; quien como él buscaba hacerse un futuro en Irlanda.

José y José Miguel, los dos joseses del grupo. También estaban afectivamente comprometidos, José Miguel casi recién casado, ya el grupo conocía a la esposa. Y José, estrenando novia. De sus amores compartían las noticias significativas, al igual que de sus logros profesionales; "no se trata de ser chismosos", comentaba José. José Miguel por su parte afirmaba que "la amistad dura cien años y nosotros los aguantaremos".

Hablaron, rieron, se felicitaron y se despidieron hasta un próximo encuentro, con el ánimo renovado y ganas de seguir "echándole pichón a la vida".