Venezuela Concurso Semana 14 Mi historia de MANGOS por @milaurys

Muchos saludos, hoy me uno a esta comunidad, con los deseos de compartir como todo venezolano nuestras historias y vivencias que son muy variadas y muchas llenas de jocosidad para el deleite y crecimiento de todos.

Hace muchos años, cuando contaba con un mundo más amplio de sueños cargados de fantasías propias de cursar el 5to grado de primaria, había en el patio de la casa de mis padres una gran mata de mango, la misma fastidiaba muchísimo a mi madre ya que la cantidad de hojas que de ella se desprendía era enorme y siendo nuestro trabajo asignado(mío, de mi tío menor y de mi hermano) la limpieza del patio nos fastidiaba un poco a nosotros también. Su sabor no es que fuera inigualables, pero si muy particular ya que rondaba entre lo dulce y lo acido, muchos le llamaban en mango piña. Era más bien grande y alargado y el placer mío era comerlo tipo ensalada con una mezcla de sal, pimienta, adobo y vinagre. Muy muy sabroso, pero dice mi madre y ahora lo creo con seguridad no muy saludable.

Era tan noble el árbol que la cantidad de fruto que nos regalaba alcanzaba par regalar en cantidades. Mi papá llegaba del trabajo y como nuestro frente contaba entonces con unas rejas bajas, guindaba allí bolsas de mango para que todo el que pasara por la calle y gustase se llevara una.

Esos tiempos no eran de crisis como decimos ahorita y con jocosidad venezolana le llaman muchos la "ayuda humanitaria" siendo esto una realidad para muchos en mi país. Pero siempre hemos sido de compartir, de brindar un plato de comida y una taza de café a quien nos visite y a quien lo requiera.

Desde ese árbol hasta la pared que lindera con la de los vecinos, para el descanso de mi padre, el nuestro y también para nuestro deleite, solían estar colgados unos chinchorros (artículo realizado con hilos de nylon, tela tejida o cualquier cosa en forma de cama aérea) que fungían como caballos imaginarios respondiendo al galope nuestro en las largas horas de juego. Era el lugar tranquilo, silencioso en las tardes donde podías retirarte a pensar o en mi caso a estudiar. Una de esas tardes con la intención de prepararme para un examen (evaluación) del colegio muy plácidamente estaba acostada meciendo en el chinchorro cuando mi amigo el mango me saludó y quiso obsequiarme uno de sus frutos que fue a para justo en un lado de mi cara lo que logro volver mis pensamientos un arroz con mango. Vi estrellitas tal cual personaje de caricatura y no pude más que sobar mi cara y aprender a observar alrededor, y arriba del chinchorro en tiempos de Mango.

Agradecida por la oportunidad de participar e invitándoles a probar esta rica fruta aún cuando sea en un arroz con mango como me sucedió a mi.

De mi inspiración, arroz con mango