Cuentan que en Apure había muchas haciendas con cantidades de ganado de diferentes razas, cada una tenía sus llaneros encargados de pastorear y cuidar el ganado, así como también, los veterinarios y todo lo que necesita este negocio. Cada hacienda participa en las ferias agropecuarias que en la zona se realizan, esto permite que se conozcan los hacendados, compartan conocimientos acerca de los diferentes tipos de ganado entre otras cosas.

Ramsés un llanero de sombrero y alpargata trabaja para una hacienda y jineteando su caballo Lucero que así lo llama porque el es todo marrón y en la cara tiene blanco desde la frente hasta la nariz, conduce un rebaño que estará en venta en la feria, haciendo alarde de su maestría en amadrinar rebaños, se pasea por toda la manga junto con sus compañeros recibiendo muchos aplausos y elogios del buen desempeño, además que son animales de gran calidad.

Ramsés sintió la gloria y con una sonrisa quitando su sombrero hace una reverencia al pasar por la tribuna donde están los invitados especiales del evento; de pronto su mirada se detuvo en una joven hermosa de larga cabellera vestida con liquiliqui blanco y sombrero, siente su corazón galopar y no lo puede contener, ella lo mira y saluda con su mano, emocionada con el ganado se levanta aplaudiendo muy fuerte, Ramsés cree que es a él que le dirige ese saludo y lleno de emoción casi no puede terminar ese recorrido, uno de sus compañeros se da cuenta y lo hace volver a la realidad y salen de la manga.

Así pasaron todas las demás haciendas, y finalizado el desfile, llega el momento de la compra y venta los invitados pasan por los diferentes rebaños hasta ejecutar el negocio. Ramsés esperaba con ansiedad ver la joven de nuevo, pero ella no fue a los rebaños y él desesperado se atrevió a ir con los organizadores y preguntar por ella, solo le dijeron que ella se había marchado antes de terminar el evento, y sin ninguna otra pista regreso con sus compañeros.

Desde aquel día Ramsés trabajaba sin descanso dando lo mejor de sí, para preparar el rebaño con la esperanza de volver a ver esta hermosa joven de la que sin duda alguna se había enamorado. Sus compañeros bromeaban y se preguntaban que le pasaba, siempre estaba pensativo, solo y en las tardes con su cuatro improvisaba canciones como esta:

“Cuando el llanero se enamora, la sabana es una inmensa anchura,
con su caballo y el cuatro, espera esa hermosura que recuerda a cada rato,
solo espera que ella vuelva para rendir homenaje a la dueña de su amor que lo cautivo en aquel acto”.

Ramsés asistió una feria tras otra, cada vez con más ilusión, pero su amada nunca más regresó, luego de tanto investigar supo que desde ese día esa joven estaba desaparecida, pero él guarda la esperanza que algún día la volverá encontrar, y desde entonces se le conoce como el “Llanero enamorado”.

Fotografías tomadas con iPhone 6. Contenido de mi autoría creado para steemit.