Taller de poesía Gaya Ciencia. Sesión N°2: Quizá no deba mirar (redondillas)
¡Hola, Steemianos!
Primero que nada, mi agradecimiento a @VenezolanosSteem, @MarcyBetancourt y @SolPerez por hacer posible este espacio de crecimiento cultural. Y, por supuesto, un agradecimiento especial a @adncabrera, quien se ha dedicado como solo ella sabe hacerlo a este hermoso taller de poesía.
El tema de esta segunda sesión es el hambre, así que por allí va este poema, el cual por instrucción del taller debe componerse en redondillas (al menos tres de ellas: estrofas de cuatro versos octosílabos cada una, con rima abba).
Quizá no deba mirar
Si bien endulza mis ojos
lo que no prueba mi boca,
lo que me falta y provoca
es causa de agrios antojos.
No es asunto intelectual;
anula toda conciencia;
es impaciente imprudencia;
es sañoso y visceral.
Este cresciente anhelo
yo nunca podré saciar.
Quizás no deba mirar,
aunque no sea consuelo.
Foto propia
Acerca de este tema y etse poema:
Hay tantos tipos de hambre; entre ellos, el hambre por el alimento, cosa que es tema de actualidad en el país. Cuando se tiene hambre, se tienen también tantos recuerdos de las delicias y sabores del pasado. Hay, además, arrepentimiento por la falta de previsión de uno mismo, por la falta de empatía que se pudo haber tenido, por pecar en mundo de pecadores. Cuando el hambre es inevitable, algunos se abrazan de la caridad y hasta se cuelgan de ella; otros sucumben. Como la sed y el desamor, el hambre nos lleva a añorar días que ahora nos parecen más felices. Muchas veces pasa que para valorar hay que perder.
Pero el hambre no es exclusiva de aquel que necesita comer.
Existe el hambre por la libertad perdida. Ahora que el confinamiento se esfuerza por sumarse a nuestro estilo de vida, la hemos experimentado. Asimismo, aprendimos a ver en una nueva luz cosas que parecían insignificantes: una palmada en el hombro, una película en el cine, un abrazo, las galletas de esa tienda a la que siempre ibas y que quebró a causa de las restricciones consecuencia de la pandemia.
Y en esa larga lista que se escribe con hambre, están las ganas de eso, eso que se nos niega y no dejamos de ansiar: un amor, un perdón, un beso, un juguete caro, un tesoro escondido o a plena vista.
Foto de Alberto Malavé - Wikimedia Commons
Gracias por leer.
Soy miembro de @talentclub.
Hay miradas que matan y hay miradas que engordan. Hay hambres que comen, como la sarna. Amor con hambre no dura, y hay hambres que son inmortales. Cuentan un cuento que le atribuyen a Ramos Sucre.
Una vez el poeta abandonó una pensión y la dueña, dolida, le recriminó con estas palabras: "...¡Y tantas veces que te maté el hambre!". A lo que el poeta contestó: "No subestime, señora, mi hambre es inmortal".
Excelentes redondillas, @marlyncabrera. Bien medidas, bien rimadas y muy precisas.
Mi hambre por la torta de piña también es inmortal, @adncabrera
Gracias por tu dedicación en este hermoso taller :)
Así es, el hambre tiene muchas aristas, por ello toca agradecer todo lo que sí tenemos hoy, no vaya a ser que mañana lo anhelemos. Un abrazo.
Así es, @charjaim, por eso doy gracias todos los días por lo bueno y también por el aprendizaje que nos dejan las experiencias duras.
¡Un abrazo!
Muchísimas gracias por la consideración y el apoyo, @Venezolanos, @booming. Es una experiencia súper gratificante para mí pertenecer a #VenezolanosSteem.
¡Saludos! :)