Hola mi querida comunidad de “Todos los sueños posibles”. @lilianajimenez quien siempre se la pasa inventando actividades divertidas y entretenidas trae en esta oportunidad un reto muy interesante.

Si desean conocer de qué se trata esta peculiar actividad lean su post ¿Y si los objetos pudieran hablar? Reto de creatividad y escritura y pongan a volar su imaginación haciendo que sus objetos hablen, jajajaja.

Esta es mi participación.

Mandala de alambre

Yo me encontraba en una tela de terciopelo vinotinto en la avenida Santiago Mariño de Porlamar. Ella (Marcy) me miró y nos conectamos de inmediato. Su mano no es precisamente delicada sino algo rústica pero me agradó la textura de sus dedos.

Luego, no vi nada más pues me metió en su morral con libros y cuadernos.

Allí estuve perdida por varias semanas hasta que se recordó que yo existía. Me sacó de esa oscuridad y me colocó en su mesita de noche.

Ese mismo día, horas más tarde, me tomó nuevamente entre sus dedos e hizo docenas de formas con mi armazón. Ella estaba emocionada de mi flexibilidad y adaptabilidad. Tengo pepitas de tres colores: azules, blancas y plateadas. También tengo arcos movibles que pueden formar círculos.

Marcy descubrió conmigo el universo. Nos hicimos inseparables durante sus estudios universitarios. Ella me llamó su pensadero. Cada vez que se encontraba atascada con un informe raro, de esos que tenía que hacer para sus estudios de biología, me tomaba entre sus dedos y jugueteaba durante algún tiempo con mis alambres hasta que le llegaba una nueva idea a su cabeza y se ponía a escribir.

Puedo decir que yo la gradué.

Luego, se mudó para Cumaná y pasó bastante tiempo muy estresada. Buscaba trabajo y no conseguía. Yo sé todo eso porque todos los días, hace 20 años, me hablaba de sus proyectos mientras estaba acostada en su cama, nuestra cama para ser sincera, o más cama mía que de ella porque yo estaba siempre allí mientras que ella salía.

Mientras Marcy hablaba o pensaba, miraba para el techo y me agarraba con sus dos manos. No sé cómo pero siempre encontraba nuevas formas en mi estructura flexible.

Ya no soy tan bella como lo era antes. Mis pepitas están opacas y mis alambres no son tan brillantes pero sé que Marcy me adora. Ella me ha llevado a conocer toda su casa. El patio, la sala, el porche, el baño, su sala de estudio, los laterales, la cocina y el lavandero. También, me ha llevado a la playa (Marcy adora la playa) y allí he conocido el mar y la arena, los chipichipis y los caracoles (de verdad, ella es muy inquieta).

He ido a su oficina en la universidad y a varias salas de teatro. Estar conmigo le hace bien.

Nunca ha sido ruda conmigo ni siquiera cuando está molesta. Lo más feo que me ha hecho es dejarme en la oscuridad en una gaveta de su mesita de noche. Pero comprendí que era para que sus sobrinos, que aún son pequeños, no me maltraten.

Si quieren saber algo sobre Marcy pueden preguntarme porque hemos estado juntas en las buenas y en las malas por más de 30 años. Yo conozco las palmas de sus manos y ellas tienen una conexión directa con su corazón. Además, no estoy en su cerebro pero, según ella, yo la hago pensar.

Jajajaja, amigos espero que hayan disfrutado las confesiones de mi Mandala de Alambre.

Saludos Infinitos y gracias por leerme. Mi Mandala de alambre y yo esperamos sus comentarios.

Todas las fotografías fueron realizadas con el teléfono celular de mi hermana, especialmente para esta publicación.