Hola querida Comunidad de Venezolanos Steem.

Estoy aquí para unirme en la preciosa idea de Cartas a la Madre que promueve mi querida amiga @solperez. Se trata de un concurso, pero esta participación será simbólica por lo que no entraré en competición.

Si desean enterarse de cómo participar por favor chequeen las reglas de participación en Venezuela Concurso/ Semana 13/ Cartas a la madre.

Mi madre y yo hemos tenido una bella comunicación epistolar debido a que no hemos vivido siempre en el mismo lugar. Ella me enviaba cartas por IPOSTEL cuando no estuvimos juntas. Era una gran emoción para mí leer sus cartas llenas de amor. En esas cartas a veces venía una fotografía de algún lugar caraqueño como el Ávila o el Parque Los Caobos que eran espacios que yo amaba.

Yo también aprendí a escribirle, con mi caligrafía horrorosa pero con buena ortografía. Mis primeras cartas tenían apenas 10 líneas y solo le decía que la extrañaba mucho.

Después se me fue soltando la mano y empecé a escribir más largo. Le contaba anécdotas, le describía un día completo, le hablaba del sol y de las flores, y también le contaba de cómo me iba en el liceo. Llegué a hacerle cartas de varias páginas.

En una oportunidad viajé para Europa y le envié unas postales que llegaron unos meses después que yo había regresado de mi viaje juvenil. Nos reímos mucho de ese episodio.

Ahora escribir cartas no tiene la misma connotación ni emoción de antes. Una carta podía pasar meses para que llegara a manos de su destinatario y a veces no llegaban sino que se perdían en la irresponsabilidad y el desorden del instituto de correo nacional.

Ahora, una carta puede ser enviada por email y solo basta marcar un clic para que el destinatario la reciba. Se perdió la emoción del cartero y de la espera. Se perdió la emoción de colorear los bordes o de poner unos pétalos antes de cerrar el sobre.

Pero escribir una carta a nuestra madre sigue teniendo el mismo sentido de expresar nuestros sentimientos. No importa si es en papel o si es en digital, lo más significativo es hacerla.

Cumaná, 05 de mayo

Mami querida:

¿Cuánto tiempo tengo que no te escribo? ¿Cuánto tiempo tienes que no descifras mis garabatos con tus ojos de amor de madre? El teléfono ha sido nuestro gran aliado, pero hoy quiero expresarte, en estas breves líneas, toda mi gratitud por las enseñanzas que a lo largo de mi vida me has dado. También, agradezco, todos los valores que me inculcaste desde pequeña y que han sido pilares de existencia.

Deseo decirte que amo tus detalles. Amo tu sonrisa cuando una planta te florece. Amo las flores que colocas en la mesa de la sala para tener una bella estancia. Amo tus manos sanadoras que acariciaron mi pecho cuando estaba enferma. Amo tus hombros que han sido soporte de mis desdichas. Amo tus tarareos cuando estás cocinando.

Tengo la dicha de ser tu hija y la plenitud de saber que también me amas.

He aprendido, con el tiempo, a valorar las diferentes formas de expresar amor. Muchas veces hace falta un abrazo o un beso pero la distancia lo impide; sin embargo, cuando me haces una llamada y colocas una canción que nos gusta, es suficiente para apreciar el momento.

No nos hacen falta palabras para reconocernos.

El mes de mayo es el mes de las flores y de las lluvias. El mes de mayo está bendito y es confirmación de nuestra fe. Espero, al igual que tú, las primeras aguas del cielo para danzar las alegrías de la vida.

Tu naturaleza es amor y el amor es la naturaleza de tu ser.

Parafraseando a Violeta Parra: “gracias a la vida que me dado tanto”, me ha dado una madre con un corazón bondadoso, llena de amor y fe, colmada de paciencia en este mundo raro.

Mami son tantas las cosas que te puedo decir, pero nada más certero que las palabras más sencillas: ¡te amo!

Saludos Infinitos y gracias por leerme.

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