Venezuela Concurso | Semana 3 | Arepas y Zaperoco
Para nadie es un secreto que, en el ADN de un venezolano, la arepa sin duda alguna tiene un lugar importante e imprescindible diría yo. En lo particular, amo la arepa y es lo único que pasaría comiendo siempre sin aburrirme, además de ser muy versátil, ya que puedes acompañarla con lo que te provoque y siempre te va a quedar muy bien.
Mi anécdota con este plato típico venezolano, sucedió hace aproximadamente 11 años cuando viajé a la ciudad de Roma en Italia, mi primera vez en el viejo continente, todo era realmente hermoso, los paisajes, los colores, el clima, todo un disfrute hasta que tocaba la hora del desayuno. Para mí los desayunos tienen que ser salados, arepa, huevo, queso y aunque estaba dispuesta a vivir la cultura de aquella hermosa ciudad, al finalizar las vacaciones estaba rogando a Dios poder llegar a Venezuela y comerme una arepa.
La primera mañana en Roma, entendí que los desayunos serían algo completamente dulce, pan de molde con nutella, mermelada o mantequilla, cereales con leche, en fin, comidas a las que no estaba acostumbrada. Recuerdo que ese viaje duró una semana y ya al final estaba realmente desesperada por comerme una arepa, no aguantaba más tanto dulce a la hora de desayunar.
La noche antes de volver a Venezuela, llamé a casa y les dije: “por favor, cuando llegue a casa quiero que tengan un camión de arepas en la mesa, con todos los rellenos que se les ocurran, si es posible con carne mechada”
Llegó finalmente el día y llegué a casa con toda mi familia, quienes habían entendido muy bien mis ganas de comerme aquel manjar, entre aquel ZAPEROCO de abrazos de bienvenida, pude ver en la mesa mis anheladas arepas, esa noche me comí dos rellenas con carne mechada, a decir verdad, me sentí en la gloria.
Cristo santo! Sólo de ver la arepa con carne mechada se me aguó la boca!
Me ha encantado tu anécdota. Me siento identificada porque yo viví un momento similar.
Yo fui para la Argentina en un agosto, ya ni recuerdo el año. Allá era invierno y los desayunos eran dulces, como tú dices. Llegué a Venezuela como a las 7 de la noche y llamé para la casa que el vuelo para Cumaná llegaría con retraso. Llegué a las 11 y media de la noche a Cumaná y toda mi familia me estaba esperando con una rumba de arepas. Qué delicioso fue ese momento en familia!
Qué gran recuerdo trajiste a mi memoria. Gracias por compartir tu historia en este concurso. Un gran abrazo, @maitt87!!
Gracias amiga @marcybetancourt por dejarme tu comentario y anécdota. Nosotros los venezolanos somos muy areperos, esos desayunos dulces no son lo nuestro.
jajajaja, así es, definitivamente.
Muchísimas gracias por el apoyo siempre.