Venezuela Concurso | Semana 11 | Relatos inspirados en mitos y leyendas latinoamericanas| Seguro todo fue un sueño.

¡Hola estimados lectores!

Cuando eres pequeña siempre puedes ser el centro de atracción, en ocasiones muchos familiares quieren que duermas en sus hogares, ya sea por tener niños pequeños para que los ayudes o simplemente para que compartas un fin de semana junto a los adultos.

Puedo recordar el significado del silencio claramente. Estar en esa casa de familiares lejanos de la que sería mi madrastra, bueno supuestamente mi futura madrastra, era estar en un hogar frio, con solo miradas, todos hablaban con la mirada, mirada que no miraba, eran ojos tristes, fríos faltos de alegrías. Puedo decir que eran ojos vacíos. La estadía de prolongó por varios días. El primer día estuve observando todo. Había una bodega con muchos torontos, muchas chucherías adornaban los mostradores. Los chicos más grandes me miraban como a una cosa rara, se acercaban casi a mi cara, en silencio me colocaba en otro lado, así pasó ese primer día.

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Al llegar la noche, fui a mi habitación, era una habitación grande, olía a cemento, pude entender que todo estaba nuevo, eso olor característico a tierra. De repente apagaron todas las luces, en ese momento me incorporé en la orilla de la cama, al voltear hacia un rayito de luz que salía desde la peinadora, comencé a observar algunas imágenes que danzaban en el cuarto. En ese momento se abrió la puerta y la chica de ojos lindos que había estado a mi lado toda la tarde sin hablar en la cocina, me preguntó; qué si tenía miedo, no conteste. Ella extendió su mano y me dijo: " ven a dormir conmigo, no vayas a voltear". Fuimos a una habitación más grande, la chica comenzó a rezar, yo sentía que algo pasaba en esa casa, Loida, así era el nombre de la chica, rezaba en alta voz, entraba una brisa muy fría y luego todo volvía a estar tranquilo, su frase favorita: "no vayas a voltear". Las sombras ya no estaban, el olor a tierra ya no era tan fuerte. El sueño al fin hizo acto de presencia, me quedé dormida.

La mañana llegó y una gran claridad entraba por un ventanal, era inmenso. En la puerta estaba un chico desde bien temprano ya estábamos casi a punto de desayunar. El chico llegó con un grupo de música con mariachis, cantando, era una serenata para la hermana de Loida. La hermana de Loida se llamaba Carolina, también era hermosa, desde ese día esta chica no fue la misma. Contaban que el chico era un pica flor y a las chicas que se acercaba las embrujaba, pero no él, una de las novias que tuvo se encargó de atormentar por medio de hechizos, brebajes y pócimas a las chicas que se atrevieran a mirar a este hombre.

Mi padre me dijo que me quedaría a pasar mis vacaciones en esa casa, sin preguntar si quería o no, en el día me distraía con Loida, pero en la noche los gritos de Carolina eran ensordecedores. Sentía que solo yo, escuchaba esos gritos, nadie decía nada en la mañana. Llegaban las horas de la comida, en ese momento, sus caras de nuevo parecían sin vida. Carolina era el centro de atención, se escapaba, salían a buscarla, todo era misterioso.

Con mi corta edad ya había vivido experiencias de visitas a la montaña del Sorte por Yaracuy, los gritos de Carolina eran parecidos a los que escuchaba en ese lugar. Siento que me fui fortaleciendo con cada día que pasaba en esa casa, pero al verme al espejo no veía mi rostro igual, ya estaba perdiendo el apetito, la comida tenía un sabor diferente, sentía que me estaba descompensando, entristeciendo, el color de mi piel era más blanco de lo normal, mis ojos los veía sin vida, en el espejo de esa habitación fría Podía sentir que iba decayendo, mi mente siempre estaba agotada, mi respiración no se sentía igual, mis oídos cada día escuchaban menos.

Un día desperté en mi cuarto, podía reconocer las paredes, el calor de mi cama, el aroma que salía de la cocina, mi cabeza estaba pesada al querer levantarla de la almohada. Recibí la bendición de mi abuela y su abrazo motivador, estuvo hablando por largo rato, vi el patio, los perros, luego llegó mi padre con mi futura madrastra, estuvimos largo rato viendo televisión. Llegó la hora de la cena, luego la hora de dormir de nuevo. Sentí algo en mi almohada, metí la mano dentro de la funda y saqué varias fotos. En la primera foto estaba Loida, en la otro foto estaba Carolina, había una gran foto familiar, era la familia donde había pasado mis vacaciones. Lo más extraño era...que nadie conocía a esa familia. Agradezco si alguien conoce a las personas de las fotos, lo haga saber en el cajón de comentarios, de antemano...muchas gracias.

• Agradecida a @marcybetancourt y @solperez por toda su labor en esta comunidad #venezolanossteem por todas las iniciativas que nos ayudan a mantenernos activos, en estos momentos de tanta incertidumbre.

• Dejo el enlace para que nos acompañes en este concurso. La segunda imagen es de la web con su respectiva fuente, las otras imágenes son de mi propiedad.