CLAROSCURO

Odiar había sido alguna perfecta supervivencia y se llevó una gran parte de mí: el amor. Pero un buen día mi existencia cambió, donde cosas desconocidas fueron demostradas ante mí: una simple humana. Un ángel de luz me rescató del abismo, devolviendo a la flor secuestrada, venía para enriquecer mis estados de conciencia y obsequiarme su amor virginal. También, un demonio se me presentó, y quería lanzarme de nuevo al terror nocturno con su frenesí lascivo. Aunque los secretos revelados por ambos seres eran únicos y sabios se oponían sus estéticas; antes de aprenderlos debía atravesar dos metamorfosis: el ying-yang.

Yo era muy diferente a los demás, y una elección ardua no sabía cómo tomarla. Por su parte, los mensajeros se transformaban por los astros; cuando el sol posaba imperioso sobre sus cuerpos producía cierta mortalidad, en cambio, la luna era el suero de la verdad del espíritu y el alma. Por mi lado, ya era un ser perteneciente a aquel universo etéreo. En la lúgubre noche, el ángel maldito expuso el real aspecto de su apariencia. Aquella conexión ideal entre el guardián y yo lo consumieron, dando rienda suelta su odio…hiriéndome...como un pájaro maligno desapareció en el cielo obscuro.

La muerte dio sus pasos presurosos hacía mí…el ángel de la muerte esperaba burlesco...Observaba dentro de mí luces resplandecientes. Ya en paz me dejé llevar...De repente, no podía seguir...¡inédita energía poderosa halaba de mí!... Pudo revivirme una lágrima de amor del ángel elevado. En el claro de luna pude descubrir la esencia del ángel. Con esta apreciación de hermosura inconcebible; por fin, logré verme a mí misma, encontrando lo mas recóndito de mí, despertando, aceptándome y amándome...Besé por vez primera al ángel...experimentaba el amor materializado; inexplicable emoción a manera del éxtasis de Dante en el final de su Divina Comedia.

Muchas gracias "mis chuppitos"

ATENTAMENTE: @lachuppis

Posdata: esta foto fue tomada el año pasado en una noche calurosa en Santiago de Chile donde resido. Mi cámara de un teléfono LG-K430 2018. La luna alumbraba increiblemente.